Yamiri Rodríguez Madrid
¿Se acuerdan cuando el
bioetanol iba a ser una punta de lanza para Veracruz? Al ser el principal
productor nacional de caña de azúcar, se vislumbro que pudiera ser líder
también en la producción de este combustible, pero el intento fracasó. Esto
viene a colación porque la Sader no quita el ojo de la mira con este tema.
En 2019, Mauro Hoyer,
presidente de la empresa Servicios Liquidación y promotor de la iniciativa
Proyecto Bioetanol, pretendía invertir hasta 140 millones de dólares en Tierra
Blanca o en algún punto cercano a esa región, aunque nada pasó.
En 2011 el entonces
gobernador Javier Duarte de Ochoa, anunció el primer ingenio
de etanol en el país, con un campo de cultivo de caña de azúcar de 70
mil hectáreas y una inversión inicial de 900 millones de dólares del grupo
Odebrecht. Tampoco prosperó.
Incluso muchos años
después, en el Instituto Tecnológico de Veracruz, se anunció que se inauguraría
la primera planta de bioetanol segunda generación de la República Mexicana en
sus mismas instalaciones. Eso tampoco sucedió.
Ahora, la dependencia
federal recalca que al tener una producción nacional anual de 55.5 millones de
toneladas de caña de azúcar, el bioetanol es la apuesta, dado que el impulso
hacia los biocombustibles se basa en la necesidad de fortalecer la seguridad
energética, contribuir a la sustentabilidad ambiental y promover el desarrollo
agrícola.
Si bien Veracruz
es uno de los estados con mayor potencial para la producción de bioetanol,
gracias a su clima, la disponibilidad de tierra fértil y su capacidad para
cultivar caña de azúcar, maíz y otros cultivos energéticos que sirven como
materia prima para la producción de este biocombustible, la industria del
bioetanol en la entidad enfrenta varios desafíos que deben ser superados para
que pueda desarrollarse de manera sostenible y competitiva. Uno de los
principales retos es la necesidad de infraestructura adecuada para la
transformación de biomasa en bioetanol. Además, es crucial que se implementen
tecnologías avanzadas que permitan optimizar los procesos de producción,
reduciendo costos y mejorando la eficiencia energética.
Tristemente hemos sido
testigos del fracaso que tuvieron las estaciones de servicio de etanol que
estaban cerca del Puerto. Muchos lo
buscaban por su bajo costo, pero cuando la diferencia era mínima con el precio
de la gasolina, todo se derrumbó. Dicen que no hay quinto malo…¿este último intento será el bueno?
@YamiriRodriguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario