Yamiri Rodríguez Madrid
Sin importar de qué partido sean,
un dolor de cabeza para las administraciones municipales es la instalación de
antenas de telefonía celular y gasolinerías. Siempre, aunque cumplan con la
normatividad para tener las licencias necesarias, generan enojo social. Ahora le toca al presidente municipal
suplente de Xalapa, Alberto Islas, estar en camisa de once varas.
Las y los vecinos de la colonia Benito
Juárez ya se organizaron en contra de la instalación de una gasolinera en este
punto de la ciudad. Si usted circula
por la calle Lázaro Cárdenas, podrá ver las lonas en donde repudian que se
instale en la esquina que hace con la calle de Argentina. El tema no es menor.
Si bien esa arteria se ha vuelto
muy comercial, pues hasta hay un minibodega Aurrera, a unos metros de donde se
planea instalar hay una escuela primaria, la Miguel Hidalgo, un conjunto
habitacional y, por si esto no fuera suficiente para tomar en cuenta, es el acceso
principal al último reducto de bosque mesófilo -o bosque de niebla-, que nos
queda en el estado.
Hasta el cierre de esta columna
el gobierno municipal no había dicho: esta boca es mía. Vaya usted a saber si antes
de irse el hoy secretario de Gobierno, Ricardo Ahued, ya les había dado los
permisos necesarios o si aún Islas está en pláticas con los empresarios inversionistas. Lo cierto es que el enojo está creciendo y
los vecinos están dispuestos a todo con tal de que no les pongan una bomba de
tiempo en su calle. No es lo mismo
mudarse sabiendo que hay cerca una gasolinera, que vivir ahí, 20 o 30 años y
que de pronto te pongan una. En la
región no se olvida la tragedia de la gasolinera en Coatepec, por eso nadie las
quiere cerca.
Si Alberto Islas no se acerca a hablar
con los vecinos, el tema le puede reventar y vendrán protestas y bloqueos como
suele suceder en estos casos; será su coco.
Insisto, es la entrada al Bosque de Niebla, pero lo seguimos depredando.
@YamiriRodríguez
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