Yamiri
Rodríguez Madrid
Perote
es uno de los últimos reductos importantes del PRI, aunque todo parece indicar
que, en la elección de junio, podría caer. Morena quiere llevarse carro
completo, pero tiene un especial interés por aplastar en la tierra del
excandidato a la gubernatura del estado, Pepe Yunes Zorrilla, por obvias
razones.
Con
poco menos de 80 mil habitantes, se puede decir que es un municipio próspero.
Su grado de marginación es bajo: está entre los 30 municipios con menos pobreza
en la entidad. Sin embargo, 31.7 por ciento de su gente vive en condiciones de
hacinamiento: 41.1 por ciento no tiene la primaria terminada y 2.4 vive con
piso de tierra. Los números revelan
que aun hay mucho por hacer en Perote.
Por
el lado de la oposición no hay valientes que le quieran entrar a esta elección
municipal. El PAN siempre ha estado desdibujado en Perote, por eso repiten
cartuchos quemados y, en el PRI, el partido en el poder, si bien hace meses
había una fila larga de aspirantes, hoy ninguno le quiere meter ni dinero ni
tiempo, pues la ven complicada. El único que quiere es el empresario
constructor y financiador de campañas, Vinicio Ascencio. No perdamos de vista
que el escaso trabajo realizado por el gris presidente municipal, Delfino
Ortega, tampoco le ayuda en nada al Revolucionario Institucional.
En
Morena la fila sí es larga, pero quien se perfila a ser candidato es Fernando
Ortega Becerril, quien le ha pedaleado en las últimas semanas recorriendo la
cabecera y comunidades del Cofre. No tiene escándalos ni cola que le pisen, y
viene de una familia política, pues su padre Fernando Ortega Herrera, fue líder
estatal de la Confederación Revolucionaria de Obreros de México (CROM),
presidente municipal, diputado local y federal de Perote.
La
de Perote será una elección donde se den hasta con la cazuela: el PRI aferrado
a conservar el poder y Morena con la mira en noquear a Yunes Zorrilla.
@YamiriRodriguez
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