Yamiri Rodríguez Madrid
Hay
noticias que nos devuelven la fe en lo que somos capaces de construir cuando se
cree, se invierte y se apuesta por el talento joven. Veracruz, tierra de
cultura, historia y gente trabajadora, también es cuna de innovación, como lo
demostraron los estudiantes del CECyTEV Plantel 27 de Palma Sola, municipio de
Alto Lucero.
Con
su proyecto VoltDrive, estos jóvenes veracruzanos no solo ganaron el
primer lugar nacional en la categoría Prototipo Tecnológico en el Concurso
Nacional de Creatividad e Innovación Tecnológica, Robótica y Hackathon 2025;
ganaron también un sitio en el futuro que están ayudando a construir.
Compitieron
contra representantes de 22 estados en Saltillo, Coahuila, y lo hicieron con
inteligencia, ingenio y compromiso. Diseñaron un vehículo eléctrico ecológico
impulsado por energía solar: un ejemplo concreto de cómo desde las aulas se
puede dar respuesta a los retos del cambio climático y la movilidad
sustentable.
Este
logro no es producto del azar, sino del esfuerzo sostenido en un programa
educativo que une aula, escuela y comunidad, alineado al marco curricular
común. Es el fruto de meses de trabajo, de la guía de maestros comprometidos y
del respaldo institucional.
Ángela
Olazarán, ganadora del Global Student Prize 2024 y también veracruzana,
estuvo presente para felicitarlos. Su presencia no fue casual: fue símbolo de
un mensaje poderoso. El talento no tiene código postal. Vive en las comunidades
rurales, en los salones sin ventilador y en los corazones de quienes, como
estos estudiantes, se atreven a soñar en grande.
Pero, afortunadamente, no son los únicos. Hace apenas unos días el secretario de Educación Pública, Mario Delgado Carrillo, reconoció la excelencia académica e innovación del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), luego de la destacada participación que tuvieron las y los estudiantes del Plantel Poza Rica en la pasada Feria Aeroespacial México 2025 (FAMEX).
El 177 presentó seis proyectos que consisten en la fabricación de prototipos de vehículos y sondas diseñados para operar en ambientes aeroespaciales. Su propósito es realizar misiones de reconocimiento en Marte y la Luna, recolectando muestras del suelo para su análisis. Este trabajo ha sido posible gracias al respaldo de instituciones como la Agencia Espacial Mexicana y la NASA.
Pero toca también a la clase política hacer su chamba: urge entender que estos triunfos no deben ser solo motivo de orgullo momentáneo, sino de acción permanente. El Estado debe convertirse en motor de oportunidades, en generador de condiciones, en socio de la creatividad. Porque en cada joven hay una posibilidad de cambio, y en cada aula, un semillero de soluciones.
Veracruz y México necesitan más VoltDrives, más sondas espaciales. Necesitan más programas que incentiven el pensamiento crítico y el compromiso social. Necesita que más autoridades, de todos los niveles, miren al talento como un recurso estratégico. Invertir en la juventud no es un acto de buena voluntad: es una decisión de futuro.
El
llamado modelo de la triple hélice, que se aplica con éxito en el Estado de
Querétaro, debe extenderse a todo Veracruz, a preparatorias y universidades
públicas y privadas. Talento, afortunadamente,
hay de sobra; lo que falta, son voluntades.
Felicidades
a estos talentosos jóvenes veracruzanos.
@YamiriRodriguez
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