Por Yamiri Rodríguez Madrid
Este martes se
fue uno de los grandes y más completos artistas veracruzanos, el maestro
Teodoro Cano. Se dedicó al grabado, a la pintura, a la ilustración, a la
escultura y al muralismo. Siempre orgulloso de sus raíces orígenes, la cultura
totonaca estaba presente en sus obras.
En su larga
trayectoria fue reconocido con 13 medallas, 50 diplomas y demás
reconocimientos. Montó más de 40 exposiciones
en México y en el mundo. Universidades, como la de Kyushu, en el distrito de
Fukuoka en Japón lo invitaban como jurado y conferencista.
Para fortuna de
los veracruzanos, mucha de su obra es hoy legado para nuestro estado. En el
Centro de Especialidades Médicas Dr. Rafael Lucio está Historia de la Medicina;
su escultura, El Cristo Redentor, en Tihuatlán o el mural de relieve, Homenaje
a la cultura totonaca, en pleno corazón de su natal Papantla, por mencionar
solo algunas de sus obras.
Su talento y
pasión por el arte lo hicieron director de la Facultad de Artes Plásticas de la
Universidad Veracruzana. También fundó y estuvo a cargo de los Talleres Libres
de Arte de la UV en Papantla. Aprendió de los grandes, de sus maestros Diego
Rivera y de José Chávez Morado, a quienes asistió como ayudante en los murales
pintados en la Ciudad Universitaria de la UNAM.
Toda una
institución en el estado y en el país. En 1974, el entonces presidente de la
República, Luis Echeverría Álvarez nombró a Teodoro Cano coordinador del
Movimiento Nacional de Muralismo y Expresión Plástica en el Medio Rural.
A pesar de todos
sus logros artísticos, el maestro, orgullosamente veracruzano, fue siempre un
hombre sencillo en el trato, a quien frecuentemente lo podía uno ver caminar
por las calles de Xalapa. Descanse en paz.
@YamiriRodriguez
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