Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Veracruz, según
datos de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (SEDARPA), es
el segundo productor de café a nivel nacional después de Chiapas, con una
producción de 194 mil toneladas, de las cuales el 90 por ciento se destina al
mercado de exportación y el 10 por ciento al local.
El aromático veracruzano
se produce en 98 municipios cafetaleros en 140 mil 782 hectáreas, por lo que es
la fuente directa de ingresos de 90 mil 743 productores, aportando el 17.75 por
ciento el estado a la cosecha nacional.
Las regiones
productoras son Atzalan, Coatepec, Emiliano Zapata, Huatusco, Ixhuatlán del
Café, Juchique de Ferrer, Tezonapa, Totutla, Zongolica, Córdoba y la Sierra de
Santa Martha, ubicada en Los Tuxtlas.
Hoy, la nueva
autoridad estatal promete 500 millones de pesos para proyectos productivos
integrales con desarrollo territorial y aunque apenas arrancará el llamado Plan
Rector Cafetalero 2030, a fin de elaborar un diagnóstico real de la cadena
productiva, ya se pusieron varios temas sobre la mesa como la necesidad de
contar con padrones cafetaleros, financiamiento, comercialización,
capacitación, asistencia técnica, y producción y productividad, o lo que ellos
llaman turismo cafetalero, el cual, por cierto, ya se realiza en Coatepec.
Precisamente
sobre este punto, el Pueblo Mágico ha sido pionero en el estado con los
recorridos por las fincas y las catas de café.
Cuando inició si bien resultaban sumamente atractivo para el turista,
muchas veces escapaba de la posibilidad de muchos bolsillos, pues llegaba a
costar hasta 600 pesos por personas.
Hoy, solita, la
iniciativa privada coatepecana, ha invertido en el rescate de viejas casonas
para ofrecer catas, ventas de productos con café y sus derivados y por
supuesto, cafeterías que lo mismo atraen a jóvenes que a personas muy adultas.
Para ellos ha sido sumamente costoso, varios millones de pesos, pero insisto,
lo han hecho solos porque ni siquiera los han apoyado con la difusión de estos
lugares.
Rescatar al
sector cafetalero ha sido un grito desesperado añejo: ante la crisis las fincas
de café hoy son lujosos fraccionamientos; el cambio climático y la roya le
están pegando a las plantas, pero sobre todo, el descuido y el abandono en que
muchos gobiernos lo tuvieron. Ojalá que en esta ocasión si se pueda ser algo
por el café que tan buen nombre le ha dado a Veracruz en el plano
internacional.
@YamiriRodriguez
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