Por Yamiri Rodríguez Madrid
Corría el sexenio de Miguel Alemán Velazco. Ante la pobreza prevaleciente en las zonas indígenas, un ocurrente funcionario propuso esterilizar a los indígenas para evitar su “propagación”, pues únicamente tenían hijos para utilizarlos como mano de obra para el campo.
Ahora, la polémica por la concepción ha regresado, pues el Congreso veracruzano aprobó, la semana pasada, una reforma al artículo 4 de la Constitución Política del Estado, la cual garantiza el derecho a la vida del ser humano desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.
La gran mayoría de las diputadas priistas enarbolan la bandera de que el aborto no está regulado en esta iniciativa, pues eso es materia del Código Penal y, este, en el artículo 154 del Código Penal del Estado de Veracruz, da sólo 4 salvedades: cuando el embarazo se produjo por una conducta imprudente o culposa de la mujer; cuando el embarazo sea producto de una violación o de una inseminación artificial sin consentimiento de la mujer, siempre que se practique dentro de los 90 primeros días de gestación; cuando la mujer corra peligro de muerte, siempre que lo dictaminen dos médicos diferentes, o cuando el feto presenta graves alteraciones genéticas o congénitas, siempre a juicio de dos médicos diferentes y siempre que la mujer lo consienta.
Dado que hoy se castiga con cárcel a la mujer que aborte fuera de estas causales, en Internet se ofrecen clínicas legales en la Ciudad de México, donde las mujeres pueden interrumpir libremente el embarazo hasta los 3 meses, por 4 mil 500 pesos. Hacerlo de manera clandestina, alcanza hasta los 15 mil pesos, más los medicamentos.
Pero no todas las mujeres que deciden sobre su cuerpo pueden trasladarse a la capital del país, ya sea porque son menores de edad o por escases de recursos, por lo que recurren a la clandestinidad.
Las cifras arrojan así que hasta el 2013, 64 mujeres murieron por un aborto mal practicado, además de que somos el cuarto estado con mayor número de casos, aunque también hay un subregistro importante, el cual se habrá de incrementar con la reciente modificación.
En la discusión, y luego de la tunda, tuvieron que ser las propias diputadas locales priistas las que tuvieron que dar la cara para intentar defender lo aprobado: ¿y los señores diputados?
¿Frenará el aborto lo aprobado por los diputados? Por supuesto que no. ¿Dará revés el Ejecutivo estatal después de la rechifla estatal? Puede ser, aunque dada la bendición de la Arquidiócesis de Xalapa, la cual exigía la renuncia del Secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, pareciera moneda de cambio para bajarle aunque sea una rayita al termómetro político.
@YamiriRodríguez
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