Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Sí. Todos conocemos por lo menos a un
profesionista que escribe el pasado del verbo tener, como si fuera un enser de
construcción o fontanería: no es lo mismo tuvo que tubo.
Lo anterior lo
traigo a colación porque esta semana se dio a conocer el estudio Recurso Humano y Educación en México, en
el cual se plasma la influencia de una
buena formación académica con en el desarrollo del país: un círculo vicioso.
Los académicos
coinciden –no inventan el hilo negro-, en que necesitamos gente más preparada,
capacitar mejor a los que ya están
laborando y una mejor coordinación entre las instituciones de educación superior
y el sector empresarial e industrial, para satisfacer sus requerimientos.
Y es que una
queja recurrente de los empleadores es que los recién egresados no tienen el
nivel requerido en competencias básicas como por ejemplo, la capacidad de
redactar, lectura-comprensión o habilidades para hablar en público.
En un
comparativo internacional sobre la calidad de la educación, el European Centre for the Development of
Vocational Training, Corea lidera la lista de cobertura de educación
superior con 63.82 puntos (de un total de 80). México tiene apenas 22.54 por
ciento.
La Prueba Pisa ubica a Japón en el primer
lugar de aprovechamiento de Matemáticas y su lengua, mientras que nuestra
nación se encuentran en la posición 35, justo después de Turquía y antes que
Brasil.
¿En qué
tenemos que poner a trabajar a niños y jóvenes? Precisamente en esas competencias
básicas que no encuentran las empresas: Comunicación escrita y oral, tanto en
español como en inglés, puntualidad, sentido de responsabilidad, iniciativa o
proactividad, capacidad de síntesis de la información y en desarrollar un pensamiento
lógico y ágil.
Chavos pongan atención porque las razones por las
que no los contratan para esa oferta de
trabajo a la que postularon es porque no tienen las habilidades
básicas/conocimiento para el perfil (70.54%); no tienen la personalidad
requerida para el puesto (24.81%); les falta experiencia (2.33%) y porque
esperan un salario mucho más alto del que se ofrece (2.33%). Casi todos los recién egresados quieren el
puesto y el sueldo del jefe.
Hay que
trabajar la cultura general, las habilidades de comunicación, la capacidad de
trabajar en equipo, el liderazgo, la imagen personal, ser eficiente, saber
utilizar las nuevas tecnologías y obviamente, habilidades específicas de
acuerdo a la profesión. Y la entrevista de trabajo sigue siendo el factor
determinante para contratar o no a una persona.
¿Cómo estamos
en Veracruz? Hay buenas nuevas. Según el
estudio es uno de los estados en donde mayor cooperación hay entre la
iniciativa privada y las universidades –públicas y privadas-, para contratar
jóvenes. Mientras que la media nacional es reprobatoria (38 puntos), Veracruz
tiene 64. Hidalgo es el líder con 79 puntos.
Pero a
diferencia de otros estados, el problema por el que los jóvenes veracruzanos no
son contratados no es por falta de conocimiento, sino porque en 36% de los
casos, tienen aspiraciones salariales muy altas.
Nada nuevo
bajo el sol, pero con el panorama claro, podemos cambiar las cosas.
@YamiriRodriguez
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