Por Yamiri Rodríguez Madrid
Ya algunos
presidentes municipales electos la han cantado derecho: van a emprender una
cacería de brujas en contra de sus antecesores.
A sólo dos meses y medio de que asuman el cargo, ediles electos,
principalmente del Partido Acción Nacional (PAN), andan soltando advertencias a
diestra y siniestra de que revisarán con lupa cada una de las áreas y que en
caso de encontrarse con alguna anomalía, habrán de pagarla.
Y es que el
sello de esta administración estatal ha sido que, aun y cuando es de solo dos
años, ha sido la que más ex funcionarios
duartistas ha metido a la cárcel por la serie de corruptelas encontradas.
El mismo
ejemplo siguen los próximos presidentes municipales. Ahí está la cordobesa Leticia López Landeros
quien el pasado viernes llegó, como si ya despachara ahí, a la Sala de
Cabildos del Ayuntamiento y,
aprovechando que estaban reunidos los regidores, en espera del alcalde Tomás
Ríos Bernal –que también es panista-, se sentó en su silla y les advirtió que
revisen muy muy bien su proceso de entrega-recepción pues vienen con la espada
desenvainada.
Claro: Leticia
y Tomás son de dos grupos muy distintos.
Ella ha militado con la bandera del PAN muy al filo del PRI pues su
hermano incluso ostentó diversos cargos con ese partido, como el de diputado
federal; Tomás Ríos Bernal ha sido toda su vida panista, y de los de hueso
azul.
Pero tal
situación se repite en muchos ayuntamientos y, en otros, sin necesidad de
amenazar con el petate del muerto, el temor flota en el aire.
Más allá de
que si es no políticamente incorrecto, lo cierto es que los que están a punto
de irse, bien deben entregar cuentas claras y en orden, sobre el destino de
cada peso que hubo en las arcas municipales, que los recursos federales que
bajaron no hayan terminado en casas u hoteles en otros estados, que no se
moviera un solo centavo fuera del lugar al que fueron etiquetados pues, aunque
si bien muchos no han tenido observaciones en sus cuentas públicas entregadas,
lo cierto es que al llegar la oposición la fiscalización será de otro índole.
Aún tienen dos
meses y medio para intentar poner la casa en orden, sino, como dicen, que Dios
los agarre confesados.
@YamiriRodríguez
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