Por Yamiri Rodríguez Madrid
Aunque fue
Manuel Bernal Rivera, una de las figuras más visibles del perredismo
veracruzano, quien lanzó el primer puñado de tierra sobre el féretro de su partido,
al decir que está a punto de la extinción, en estos primeros días de diciembre
comenzará a operar una dirigencia colegiada para intentar darle el último
respiro.
Dicha dirigencia
conjunta estará conformada por 5 integrantes, de las corrientes de mayor fuerza
al interior del partido, lo que significa que con ésta el monopolio que tenía
el grupo que encabeza Rogelio Franco Castán, quedará finalmente diluido.
Pero lo que más
preocupa al aún líder, Jesús Velázquez, son las auditorías que llegarán con estos
5 integrantes, pues acusan los militantes que, por años, han hecho lo que han querido
con los dineros del PRD, hoy endeudado, quebrado y sin su aliado, el PAN, en el
poder.
La inconformidad
es también porque han acaparado la mayoría de las posiciones, de las
candidaturas, dejando de lado a otras expresiones partidistas.
Lo cierto es que
todos estos años mal dirigieron al partido movidos por otros intereses. El aliarse con Acción Nacional fue sumamente
costoso, le causó una hemorragia de militancias que hoy aún no para. Desdibujó de un plumazo la izquierda que
representaban y, sin ser su intención, le cedió la silla a Morena, la que se
llevó la gran mayoría de sus votos.
El 5 por ciento
que en Veracruz le dio al aún gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, solo le
alcanzó al PRD para unas muy contadas sillas en el gabinete legal y ampliado.
A Sergio Antonio
Cadena Martínez, ex presidente municipal, que bajaron de la curul a unos días
de rendir protesta, le dio la aún tambaleante dirigencia, de premio de consolación,
ser representante del partido ante el OPLE, por lo que será presentado en la
sesión de este miércoles. Guadalupe Salmones Gabriel será la suplente. A ver cuánto les dura el gusto pues para no
variar, hicieron mal el tamal.
Jesús Velázquez
termina en un remedo de dirigencia, cierra con la devastadora imagen de él solo
en la Plaza Lerdo, tal y como lo habrán de dejar ahora que tenga que rendir cuentas
del destino de cada peso de las prerrogativas. Mientras, puede seguir paseando,
confiando, en su Minicooper.
Por eso hoy se
vislumbran dos escenarios: o tendrán que hacer alianzas con los nuevos grupos
que formarán parte de la dirigencia o condenan al partido a su desaparición.
@YamiriRodriguez
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