Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Esta semana
iniciaron las comparecencias de los aún secretarios de despacho de la
administración estatal yunista; sin embargo, como la sopa de pasta, han estado
muy aguadas.
A pesar de que
es la última glosa que rinden, antes de despedirse el próximo viernes 30 de
noviembre, existe un nulo interés por parte de prácticamente la mayoría de los
nuevos diputados locales pues, como lo confirman los propios comunicados
emitidos por el Congreso Local, apenas y asiste a la glosa una docena de
diputados.
Tienen dos
semanas en el cargo y a nuestros representantes populares veracruzanos les da
flojera asistir a escuchar lo poco o mucho que tengan que decir los
funcionarios estatales, cuando serán los responsables de revisar las cuentas
públicas de este bienio panista.
Pero este ha
sido el cuento de nunca terminar, legislatura tras legislatura. Hace más de una década, las comparecencias de
Pericles Namorado Urrutia, quien fuera Procurador de Justicia en el Estado de Veracruz,
duraban mínimo 8 horas: hablaba y hablaba y hablaba tanto, que terminaba con cansar
a los 50 diputados locales y, al momento de las rondas de preguntas y
respuestas, pocos se animaban a intervenir.
Hoy a duras
penas duran 3 horas y ya les da sueño, se aburren o, de plano, ya mejor ni
asisten para no arriesgarse a que los cachen bostezando o durmiendo. Por
ejemplo, a la comparecencia del secretario de Turismo solo asistieron 12
diputados, otros 12 a la del titular de la Sedecop y así han estado todas.
Lo cierto es que
además de que apenas van comenzando, para lo que cobran no se vale que trabajen
tan pero tan poco, por lo que debemos que exigirle a los otros 38 que también
estén presentes, por más tedioso que les resulte.
A la par, el formato
de las comparecencias ya caducó, por lo que es necesario ir buscando otros
caminos pues, si ni a los diputados les interesa, imagínese la ciudadanía.
@Yamiri
Rodriguez
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