Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Como dicen que
el prometer no empobrece, muchos de los hoy diputados locales se fueron de
bruces al momento de hacer compromisos en campaña, como es el caso de la
representante del distrito de Martínez de la Torre, Adriana Esther Martínez
Sánchez.
La morenista le
prometió a su gente que de ganar haría de Villa Independencia el municipio 213
de la entidad. Y es que en este punto de la geografía veracruzana se encuentra
el ingenio del mismo nombre, así como la clínica del Seguro Social, donde nació
la mitad de los pobladores. Sin embargo, eso no es suficiente para convertirlo
en municipio.
Acabamos de
presenciar la tunda que se llevó la diputada saliente, la perredista, Yazmín de
los Ángeles Copete Zapot por mover las aguas en su intentona de hacer de Tres
Zapotes el municipio 213 del estado, cuando ahora recordamos que la flamante
diputada, por cierto, sin experiencia legislativa, ni en el servicio público,
trae este punto similar en su agenda.
Pero ya saben
ustedes que ahora como dicen una cosa dicen otra, por eso es probable que la
maestra se desdiga o que, bien, osada, siga en su intentona, a sabiendas de que
está jugando con fuego y que, sin experiencia, puede salir tatemada.
No faltarán
otros más que, en aras de la relección, también se comprometan a hacer de sus
localidades, cabeceras municipales.
Aún no cumple ni
su primera semana esta Legislatura Local y ya preocupa la inexperiencia que
priva en la mayoría de los casos. Los
ciudadanos optaron por una opción diferente, sí, pero no necesariamente la más
preparada, ni con la mayor sensibilidad política. Llegar a aprender resulta ya
sumamente costoso para los veracruzanos –más de 110 mil pesos mensuales por 50
curules-, sin embargo, no nos va a quedar de otra más que esperar a que se
encarreren, si es que lo hacen, en los próximos tres años.
Y vendrán cosas
peores…
@YamiriRodriguez
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