Yamiri Rodríguez Madrid
En 2025 las y los veracruzanos viviremos otra elección: la
de los 212 presidentes municipales. El 1
de enero de 2026 entrarán en funciones nuevas autoridades y aunque para muchos
la fecha pareciera muy lejana, ya están entrando en su recta final. Tristemente muchos de ellos terminarán su cuatrienio
sin pena ni gloria.
Si les cae el veinte, aun están a tiempo de dejar un legado
en cada uno de sus municipios; uno de estos puede ser la actualización de los
Atlas Municipales de Riesgo. Las lluvias torrenciales que nos han azotado en
los últimos días son la prueba viviente de cuánto urge que se pongan a trabajar
en estos.
En la mayoría de los ayuntamientos veracruzanos, las
autoridades no le han invertido un solo peso a este tema, porque falsamente
creen que son acciones que no se ven, que la gente no las palpa igual que una
banqueta o una calle pavimentada, como pasa con los drenajes. Pero son acciones que salvan vidas.
No hay que ir muy lejos.
Xalapa difícilmente se inundaba, aunque cada vez son más constantes, al
igual que los deslaves. La avenida
Lázaro Cárdenas no aparecía en nuestro mapa de riesgo por inundaciones; hoy sí
o sí tendría que ser un foco rojo.
Aunado a lo anterior, las ciudades grandes y medias en nuestro estado
van creciendo vertiginosamente, lo que obliga a mapear los posibles riesgos,
pues muchas veces hay asentamientos irregulares o fraccionamientos exclusivos
cerca de cauces de ríos. La capacidad de respuesta, la planeación que se tenga,
es la diferencia para salvar vidas.
Sí de verdad los actuales presidentes municipales quieren
ser recordados por algo positivo, que empiecen por los urgentes atlas de riesgo
y, si les da el tiempo y el dinero, una obra insigne, pero el reloj ya empieza
a jugar en su contra.
@YamiriRodriguez
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