Por Yamiri Rodríguez Madrid
Si algo bueno hizo la anterior legislatura veracruzana, fue su defensa
en pro de los derechos de los animales; sin embargo, sus sucesores, los
integrantes de la LXIV Legislatura Local van como el cangrejo, hacia atrás,
pues este martes, el panista Daniel Olmos Barradas presentó una iniciativa para
despenalizar las peleas de gallos en el estado, “por ser cultura popular y por la
derrama económica que éstas generan”.
El hijo del Presidente Municipal perredista de Emiliano Zapata es el
primero en intentar tasajear la Ley de
Protección a los Animales para el Estado, por lo que al rato no le extrañe que
también las peleas de perros sean legalizadas por ser un negocio lucrativo.
Los argumentos del neodiputado resultan totalmente incongruentes
primero, porque no son parte de nuestra cultura popular o en qué parte de la
materia que ahora se imparte en educación básica como La Entidad donde vivo, se
enseña que la barbarie de ver a dos gallos matarse es parte de la raíz
veracruzana.
Y segundo, al aludir a la derrama que estas generan pues estas por lo
general se realizan en palenques, mediante el método de la apuesta, de la cual,
es Sistema de Administración Tributaria (SAT) no recauda ni un solo peso.
El panista justifica que Veracruz es el mayor productor de esta especia
avícola a nivel nacional al producir más de 100 mil aves al año para este
propósito, que los palenques generan 8 mil 260 millones de pesos año y que en
México se realizan mil 312 días de feria, por lo que subrayó la importancia de
la existencia de 400 clubes, peñas o asociaciones de criadores de gallos de
pelea que realizan un promedio de 20 eventos por temporada (de noviembre a
junio de cada año), con un mínimo de 30 peleas por evento.
Y alegó que alrededor de la gallística se generan más de medio millón de
empleos que suman mil 500 millones de pesos en sueldos, además del supuesto “impacto
benéfico” de la industria en otros rubros.
Insistir en que es fuente de ingreso, es equipararlo a las salvajadas
que se hacen en otras parte del mundo contra otras especies como las ballenas y
las focas por su aceite o contra rinocerontes y elefantes por sus cuernos,
porque vaya que la matanza de estos se traduce en millones de pesos manchados
de sangre. En España, que las corridas de toros sí eran parte de su cultura,
las plazas de toros cerraron y hoy son plazas comerciales, museos,
restaurantes, cualquier otro fin alejado del maltrato.
A este atentado contra los derechos de los animales se sumaron otros
panistas como Sergio Hernández Hernández, María Elisa Manterola Sainz, Arturo
Esquitín Ortíz, José Manuel Sánchez Martínez, María Josefina Gamboa Torales,
Bingen Rementeria Molina, Juan Manuel de Unanue Abascal, Mariana Dunyaska
García Rojas, Hugo González Saavedra, Gregorio Murillo Uscanga, Cinthya
Amaranta Lobato Calderón, Marco Antonio Núñez López, María del Rosario Guzmán
Avilés, Hipólito Deschamps Espino Barros y Teresita Zuccolotto Feito.
Afortunadamente Veracruz ha destacado por el activismo que hay en
promover el respeto de los animales, por lo que esta iniciativa de reforma al
segundo párrafo del artículo 2 de la Ley de protección animal, difícilmente
prosperará y los colectivos, como es de esperarse, seguramente se harán
escuchar.
@YamiriRodríguez
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