Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Fue en 2003
cuando arribó el primer crucero, de Royal
Caribbean, al Puerto de Veracruz, esto a consecuencia del mal tiempo en su
destino original. Aunque estas
embarcaciones turísticas llegaban de
manera esporádica, se anunció con bombo y platillo que seríamos incluidos
dentro de una ruta de cruceros de las principales compañías internacionales.
Ante cada visita
la ciudad se paralizaba. El muelle de la T se tornaba en fiesta para dar la
bienvenida a quienes venían procedentes de Fort Lauderdale por unas horas pero,
a consecuencia de los vientos del norte que de septiembre a mayo azotan al
estado, el gusto nos duró poco y ni cuenta nos dimos cuando los cruceros
dejaron de llegar.
Incluso, todavía
el año pasado, una delegación cubana de visita por nuestro estado insistió en
que harían una alianza para trazar una ruta desde nuestro puerto hasta la
legendaria isla. No contábamos con que
Donald Trump ganaría la presidencia de Estados Unidos y esto frenaría la
apertura turística que apenas empezaba en ese punto del Caribe.
Los idealistas
planes turísticos que se tenían, se quedaron en el tintero: la Escalera Náutica de Jerónimo Folgueras,
secretario de Turismo de Fidel Herrera, la cual buscaba atraer turistas que
disfrutan del buceo, aprovechando el Parque Arrecifal que aún tenemos.
Se habló de
enseñar inglés a los taxistas y demás prestadores de servicios, a objeto de que
el extranjero que nos visitara se sintiera como en casa y nosotros así poder
aprovechar los 100 dólares de derrama económica que cada visitante en promedio
dejaba.
Después vino
Leticia Perlasca, en el sexenio duartista, para intentar convencernos de que
Veracruz sería parte de la Ruta del Golfo,
junto con Dos Bocas en Tabasco y Progreso, en Yucatán.
Lo cierto es que
además del mal tiempo, de la falta de preparación del sector turístico, y de la
carencia de instalaciones especiales para el arribo de cruceros, lo que frenó
la llegada de estos fue la ola de violencia que está arraigada en Veracruz.
Aunque
sorpresivamente este año Estados Unidos no incluyó a la entidad entre los
estados con alerta de no visitar, lo cierto es que la violencia va en aumento
con robos con violencia a plena luz del día, con desapariciones y
asesinatos. Si buscamos Veracruz en
cualquier motor de búsqueda de Internet, lo primero que sale es la corrupción
seguida de la violencia: nada atractivo para visitar.
Así, ningún plan
en materia turística habrá de prosperar en los años venideros, mientras no
garanticemos la seguridad, empezando por los que aquí vivimos. Bien valdría también
echar un ojo a lo que está haciendo Colombia para intentar reposicionar la
llegada de visitantes a nuestra tierra.
@YamiriRodríguez
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