Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Este 9 de diciembre se conmemora el Día
Internacional de la Lucha contra la Corrupción, fecha en la que muchos de nuestros
políticos mejor deberían enterrar la cabeza, como la avestruz, por los
escándalos que hemos protagonizado en la materia en los últimos meses.
A propósito de este día, vale la pena
revisar la numeralía del INEGI, pues mucha de ésta nos ayuda a entender por qué
estamos como estamos.
En 2014 se efectuaron 9 mil 127 auditorías
en las 32 Administraciones Públicas Estatales. Coahuila y el Estado de México
reportaron el mayor número con 2 171 y 1 867, respectivamente. Veracruz, aún
con los escándalos que ya comenzaban a permear, sólo tuvo 239 auditorías.
Ninguna de éstas en ese momento arrojó un resultado contundente, hasta 2 años
después, una vez consumada la salida del Gobernador en turno.
La
percepción ciudadana sobre la frecuencia de actos de corrupción fue diversa.
Por un lado, en 2015 poco más de 94 de cada 100 habitantes de la Ciudad de
México y de las ciudades grandes de Tabasco y Chiapas, opinaron que en sus
entidades los empleados de gobierno abusan de sus funciones para obtener
beneficios personales de manera frecuente o muy frecuente. En Veracruz la percepción
de corrupción naturalmente creció pues, si bien en 2013 era de 88.3%, para 2015
se fue a 88.8%
Y el Programa Anticorrupción de Veracruz
salió bien evaluado por INEGI con 94.7%, ¿quién de todos los ex funcionarios
señalados sería el encargado de mandar los reportes tamaleados? Incluso, el
estado figura por haber destinado 0.3% del total de sus trabajadores a áreas
encomendadas a detectar y erradicar actos corruptos. De nuevo la pregunta: ¿A
quién le reportaban cada vez que alguien se quejaba de una irregularidad?
Increíblemente Veracruz destacó, junto con
Zacatecas, en lo que hace a los porcentajes más bajos de víctimas de
corrupción, con 7.0% de personas afectadas. Hoy ambos gobiernos están en el ojo
del huracán y, evidentemente, el número de víctimas de disparó, entre ellas las
que no recibieron la atención médica en hospitales.
Sí
eso fue, a groso modo 2014 y 2015, imagínese cómo vendrá el 2016: asegurado el
primer lugar en el cuadro de la deshonra nacional.
@YamiriRodríguez
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