Por Yamiri
Rodríguez Madrid
En 2014, la
Procuraduría General de la República (PGR), creó la Base de Datos de Personas
Desaparecidas. Desde su creación, a marzo de 2016, la cifra oficial no se ha
movido en Veracruz con sólo 30 personas reportadas, sin embargo, son miles de
personas en este estado de las que no se sabe su paradero.
A inicios de
este año Amnistía Internacional reportaba 675 desaparecidos en la entidad, los
cuales eran buscados, en su mayoría, por familiares integrados en 8 colectivos:
Solecito Córdoba, Solecito Veracruz, Red de Madres Veracruz, Colectivo por la
Paz, Colectivo Córdoba-Orizaba, Enlaces Xalapa, Madres en Búsqueda
Coatzacoalcos y Familiares en Búsqueda María Herrera Poza Rica.
Todos ellos
realizan una tarea titánica, en suplencia de la autoridad que parece indolente
ante el dolor de estas personas, de sol a sol, con grandes carencias, corriendo
riesgos y ayudándose entre ellos.
El nuevo
Congreso Local anunció esta misma semana, con bombo y platillo, que en este año
le darán la Medalla Adolfo Ruiz Cortines a los Colectivos de Familiares de
Personas Desaparecidas. Un día después,
a través de una misiva responden que lo que se necesitan son recursos.
Fue la propia
Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), la que difundió la justa demanda
pues mucha medalla, mucho reconocimiento, pero el apoyo es sólo de dientes para
afuera.
Según señala la
misiva enviada a los diputados de la Sexagésima Cuarta Legislatura Local, urgen
se asignen recursos suficientes al Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación,
dentro del Presupuesto de Egresos 2017; y es que explican que el Fondo fue
creado hace 2 años por la Ley de Víctimas para el Estado de Veracruz, esto a
fin de que a través de la Comisión Ejecutiva de Atención Integral a Víctimas
del Delito –hasta ayer a cargo de Mireya Toto-, tengan acceso a apoyo económico
para sufragar gastos indispensables para su búsqueda de verdad y justicia, así
como la posibilidad de obtener una reparación integral. Pero nunca les
asignaron ni un solo peso.
Y como bien
dicen, la “oportunidad histórica” de este Congreso está en el hecho de poderles
dar los recursos necesarios. Una medalla
no reconforta sus corazones, no los ayuda en su búsqueda; es un buen gesto,
pero innecesario para quien no tiene paz en su alma.
@YamiriRodríguez
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