Por Yamiri Rodríguez Madrid
Este sábado, en el Estadio Xalapeño, se
llevó a cabo el magno festejo que cada quinquenio realiza el Sindicato Estatal
de Trabajadores al Servicio de la Educación (SETSE), a cargo de su eterna lideresa,
Acela Servín Murrieta. En esta ocasión fue para conmemorar sus 55 años de
existencia como organismo sindical, por lo que miles de maestros acudieron a la
cita para escuchar a los Ángeles Azules y ser partícipes de la rifa de cinco
autos.
Invitado
estuvo el gobernador Miguel Ángel Yunes quien, a pesar de los problemas que
dice tener para pagar la nómina, regaló un auto de su propia bolsa, lo mismo
que el secretario de Educación, Enrique Pérez y su hijo el presidente municipal
de Boca del Río y aspirante a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Márquez.
Tres coches
más, de los que se tenían programados, para quedar bien con los maestros y no
es para menos: los maestros representan una parte importante de los votantes,
sobre todo cuando se siguen moviendo por estructura pero, además, el SETSE es
uno de los sindicatos con los que había tenido algunas fricciones.
¿Por qué
regaló el auto el alcalde panista? ¿Por qué fue solo él y no el alcalde Xalapa,
el de Coatzacoalcos o cualquier otro? Porque solo el boqueño es al que
pretenden perfilar como su sucesor en el Palacio de Gobierno.
Evidentemente
los maestros salieron felices, sobre todo los que se vieron beneficiados con
los autos; empero esto no les será suficiente.
Ahora todos
los sindicatos, sin importar si son magisteriales, de Pemex, de Salud o de lo
que usted guste o mande, deberán ser medidos con el mismo rasero: en cada
aniversario deberá el mandatario veracruzano regalar por lo menos otros tres
carros, haya o no dinero. Una medida al
más estilo del fidelato que, en tiempos electorales, parece seguir siendo tan
socorrida: después de tanto saqueo, ¿se las seguirá comprando la gente?
Lo cierto es
que de aquí en adelante, Yunes tendrá la agenda a full, con tan espléndidos
regalos…
@YamiriRodríguez
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