Por Yamiri Rodríguez Madrid
De aplaudirse,
sin duda, la decisión que este sábado tomó el gobernador de Veracruz, Miguel
Ángel Yunes Linares, a fin de evitar la violencia contra los animales, aunque
algunos diputados de su mismo partido se emberrinchen.
Veracruz había
sido de los primeros estados en el país en respetar la vida animal, al prohibir
la celebración de peleas de gallos, perros, vaquilladas así como los circos con
animales. Así, habíamos dado un paso
importante hasta que llegaron estos diputados, quienes alebrestados por el panista, Daniel Olmos Barradas, hijo del
presidente municipal perredista de Emiliano Zapata, decidieron reformar otra
vez las leyes para dar paso a las peleas de gallos y vaquilladas.
Según el neo
político, de la crueldad animal vivían miles de familias en Veracruz, por lo
que era urgente que volvieran. En el
camino, los propios galleros revelaron que la polémica Eva Cadena, ex
morenista, les había pedido una lana –no para apostarla en el palenque-, sino
para sacar avante la iniciativa.
Y aunque las y
los diputados locales hicieron oídos sordos a los justos reclamos de los
colectivos pro defensa de los derechos de los animales, la última palabra la tuvo
el Gobernador quien ejerció su facultad para echarla atrás.
Demasiados
costos trae acuestas Yunes Linares a 9 meses de haber iniciado su administración,
como para todavía cargas con las de los congresistas veracruzanos.
Dice el
híbrido político de Olmos Barradas que quedaron en ridículo con la decisión del
mandatario veracruzano; de haberse promulgado, hubiésemos quedado con un estado
bárbaro, aunque poquito nos falte para llegar allá.
Lo cierto es
que estos diputados panistas parecen de todo, menos panistas, pues el respeto a
la vida es lo que menos les importa a estas alturas del partido. Empiezo a dudar si muchos de ellos sabrán
quién fue Maquio.
En vía de
mientras, una buena para el Gobernador.
@YamiriRodríguez
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