Por Yamiri Rodríguez Madrid
En los últimos meses, Veracruz se ha
manchado, aún más, con la sangre de pequeños inocentes, cuyas vidas han sido
arrancadas por la delincuencia organizada.
El caso más sonado ha sido el de
Coatzacoalcos, cuando al ejecutar a su padre un comando armado, cuatro niños,
menores de 6 años, fueron también asesinados de una manera cruenta.
El fin de semana pasado fue en Córdoba,
cuando una niña de cinco años, fue acribillada mientras acompañaba a la pareja
de su madre.
Pero hay muchos otros casos más: niños
que han sido degollados, niñas que desaparecen sin dejar rastro, además de
centenares de huérfanos que han dejado las luchas contra los carteles. En 2016 se estimaba que en el país había 20
mil menores sin padres por esta situación.
En el plano internacional se han escrito
muchos libros sobre los niños en la guerra, hoy en México y en Veracruz,
estamos tristemente iniciando un nuevo capítulo de horror y crueldad hacia la
niñez.
Y es que pareciera que los niños no
están seguros en el estado. El asesinato
del profesor de Educación Física afuera de una primaria de Xalapa fue una señal
de alerta pues, si bien no hubo personas lesionadas, se dio a la hora de
entrada de las escuelas.
Y aunque el gobierno estatal ofrece
millonaria recompensa por quien dé detalles del paradero de los asesinos de
estos niños, lo cierto es que al paso que vamos no habrá dinero que alcance.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema
Nacional de Seguridad Pública reportó que en el mes de junio se registraron 3
mil 985 delitos en la entidad; 31 mil 25 en lo que va del año. Las ejecuciones
siguen siendo el pan de cada día pero ahora, se contabilizan con mayor
frecuencia a menores.
¿A dónde vamos a parar?
@YamiriRodríguez
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