Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Cuando meses
atrás, la presidenta municipal de Córdoba, Leticia López Landeros, tuvo la
ocurrencia de organizar un concurso vía Tik-Tok, casi se la comieron viva. Usar
recursos públicos para algo que no dejaría beneficio alguno al municipio fue
una pésima idea. Parece que de eso no se enteró su correligionario y homólogo
en Medellín de Bravo, Hipólito Deschamps Espino Barros, quien fue incluso más
allá y ahora se promociona a nivel nacional con sus bailecitos en esta red
social para niños y adolescentes.
Como si el
municipio bajo su encomienda no tuviera problemas, el alcalde se da tiempo de
montar coreografías y salir a hablar en medios nacionales sobre su “frescura” e
“innovación”, lejos de usar los reflectores para proyectar a Medellín el cual,
por cierto, está bastante rezagado en comparación con el puerto de Veracruz o
Boca del Río.
Tan ocupado está
el edil panista que se da tiempo de hacer actuaciones para intentar despertar
la risa, pero en el hipotético caso de que sus 3142 seguidores en esta red fueran
votos, estaría perdido en el 2021 y más sin el apoyo de los yunistas, que
fueron quienes realmente lo impulsaron. La gente no vota por si eres chistoso o
no en Tik-Tok, si eres guapo o feo, sino por lo que hiciste en la oportunidad
que te brindaron para cambiar al municipio.
Obviamente los videítos
tienen, para él, razón de ser, por eso no da paso sin huarache: quiere ser
diputado federal, por eso intenta proyectarse erróneamente con sus bailecitos.
Tampoco le fue bien cuando recientemente se fotografió con el delegado en
Veracruz del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Alberto Silva Ramos,
pues confirmó que lo suyo, lo suyo, no es la lealtad.
En política
resulta patético que alguien que aspira a seguir representando a una parte de
los veracruzanos, se ponga frente a una cámara a mostrar piel y ritmo, pero
carezca de verdadero trabajo. Polo Deschamps dista de ser un alcalde modelo,
está a años luz de proyectarse por los resultados entregados, como tampoco lo
hizo como diputado local. Cuando no se tienen más recursos –y no hablo de los
económicos-, para proyectarse, no queda de otra más que dar de qué hablar por payasadas.
A ese nivel está llegando la política veracruzana.
@YamiriRodriguez
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