Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Las últimas
semanas han estado marcadas por la tragedia. Primero fue José Antonio, un
pequeño de 10 años a quien le hicieron pasar un infierno antes de asesinarlo en
Acayucan. Trabajaba afuera de un OXXO abriendo puertas y cargando las compras. Este martes le dieron el último adiós a Reyna,
una pequeña de 12 años que vendía pan en Naolinco. Tres días pasaron antes de
encontrar su cuerpo en un municipio de poco más de 20 mil habitantes.
En La Antigua,
el mes pasado, detuvieron a una pareja por haber asesinado a un bebé de un año
e intentaron hacerlo pasar como un accidente, como si el pequeño se hubiese
caído de la hamaca. Ambos, madre y
padrastro, están tras las rejas.
Vivir en
Veracruz no solo es peligroso para las mujeres, sino también para los niños. Es
una pesadilla enterarse con mayor frecuencia de estos asesinatos, sin que haya
una estrategia para evitarlos. Por eso cada vez que se emite una Alerta Amber,
la sociedad se moviliza.
Hace unas
semanas también, en la zona centro, la pequeña Valeria, de 9 años,
afortunadamente apareció con vida luego de una desesperada búsqueda de su
familia, amigos y de muchos orizabeños que se sumaron a esta tarea. Jugaba
afuera de su casa, con su prima, cuando dos tipos la raptaron y, días después,
la abandonaron en el municipio de Aquila.
Por eso, más
allá de la pandemia del Covid19, cada vez hay menos niñas y niños correteándose
en las calles, jugando a la pelota o en bicicleta en los parques, en camarilla,
porque esos tiempos que a muchos todavía les tocó disfrutar, son pasado, porque
hoy un menor en la calle corre el riesgo de convertirse en una víctima mortal.
No es solo
detener a estos monstruos asesinos, ni emitir con puntualidad y virulencia la Alerta
Amber para la pronta ubicación de los menores.
Se trata de volver a garantizar la tranquilidad y seguridad de todos
quienes vivimos en este estado. Urge
volver a implementar programas en las escuelas que les digan a niños y jóvenes
los peligros que existen en las redes sociales, por si en casa no se habla de
este tema, pero también de cómo deben contar estos hechos pues, muchas veces,
el enemigo está bajo el mismo techo. En paz descansen estos angelitos.
@YamiriRodriguez
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