Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Hasta hace
algunos años, formar parte del Poder Judicial era un objetivo difícil; llegar a
ser magistrado requería una larga trayectoria académica y laboral, pues era en
parte un reconocimiento por su labor como abogados. Hoy, como bien dijo alguna
vez la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros, cualquiera puede llegar a
serlo.
La designación
de la magistrada presidenta, Sofía Martínez Huerta, en diciembre del año pasado,
dio mucho de qué hablar, dado que no tenía las credenciales suficientes para
ostentar dicho cargo. Han pasado 8 meses y su trabajo ha sido bastante gris, en
parte por su aversión a los medios de comunicación y por sus dudas, ante su
falta de carrera judicial.
Ahora que la
mayoría de los diputados locales aprobaron el nombramiento de cinco magistradas
y un magistrado, los cuestionamientos regresaron porque la historia se repite y
hay hasta imposición.
Si bien es digno
de aplaudirse que por primera vez haya el número de magistradas que hoy tiene
en el Poder Judicial, pues es un hecho histórico, desafortunadamente no todas
tienen la trayectoria para estar ahí.
Alma Rosa Flores
Ceballos, por ejemplo, sí tiene una carrera judicial, pues fue juez en el
distrito de Jalacingo. Ella suple a Gladys Pérez Maldonado, quien se amparó para
ser sustituida en el cargo al que llegó en 2010, luego de haber sido nombrada
en el fidelismo integrante del Consejo de la Judicatura, por allá del 2006.
Antonio
Sobrevilla Castillo fue juez especializado en materia familiar en Orizaba y Lizbeth
Aurelia Jiménez Aguirre, como jueza, estuvo siempre rodeada de la polémica. En
octubre de 2018 fue denunciada por una mujer por supuestos actos de omisión y
corrupción en Poza Rica. Y, hace apenas
unas semanas, previo a su nombramiento, giró orden de aprehensión contra los
dos empresarios que denunciaron la presunta corrupción de la titular de la
Comisión Nacional del Deportes (Conade), Ana Gabriela Guevara.
Itzel Castro
Castillo pasó, como un meteoro, de mediadora del Centro Estatal de Justicia
Alternativa a magistrada. María Lilia Viveros Ramírez es académica del
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Veracruzana e integrante
de la Unidad de Género de la máxima casa de estudios de la entidad. La
trayectoria académica de la Doctora es impecable; sus líneas de investigación se
han enfocado en Poder Judicial, feminicidio y delitos de género, instituciones
del Estado o derechos de maternidad y desigualdades laborales entre hombres y
mujeres, por citar solo un puñado, pero no tiene una trayectoria judicial.
Y Aileth García
Cayetano es quizá quien más ha dado de qué hablar, porque como si casi no
hubiese abogadas y abogados en este estado, profesionales de esta área con
mucha más experiencia, ha tenido la suerte que otros quisieran. La ex directora Jurídica de la Secretaría de
Seguridad Pública (SSP) estuvo a nada de ser Fiscal Anticorrupción. La hermana
de la diputada federal Dorherny García, quien suspira en ser candidata de Morena
a la presidencia municipal de Xalapa, no tiene ni maestría ni doctorado, y su
breve currículo judicial se limita a ser oficial administrativa, en 2018, del Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Séptimo Circuito, con sede en Xalapa. Analista Jurídico SISE y Oficial
Administrativa, de 2016 a 2017 del Juzgado Decimosexto de Amparo en Materia
Penal en la Ciudad de México; de 2011 a 2016 fue Subdirectora de Área, no
especifica de cuál, del Consejo de la Judicatura Federal, siendo su primer
trabajo, con un nombramiento temporal de Oficial de Servicios y Mantenimiento,
en 2007, en el Juzgado Primero de Distrito en el Estado de Veracruz.
Se entiende la prisa por remover a los
magistrados que traían el sello quemador del PRI como Gladys Pérez Maldonado,
Fernando Charleston Salinas y el camaleónico Edel Álvarez Peña, pero sin duda pudieron
haber encontrado muchas mejores opciones, que varios de los nombrados, sobre
todo de las que también llevan el fierro quemador de Morena.
Todo se resume a quitar a los contrarios
para poner a los suyos, aunque no sepan ni pio. Pobre Poder Judicial, en
decadencia.
@YamiriRodríguez
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