Por Yamiri
Rodríguez Madrid.
Hace apenas
unas semanas se conmemoró el Día Internacional de las Montañas, una fecha que
pasó sin pena ni gloria para la gran mayoría de la población pero, que sin
embargo, invita a reflexionar sobre su aporte no únicamente al entorno, sino
también en la economía.
Veracruz
cuenta con elevaciones que han sido declaradas Áreas Naturales Protegidas (ANP)
como el Cofre de Perote y el Pico de Orizaba, allá en los años 30´s y al Cerro
de Macuiltepec en Xalapa; el Cerro de las
Culebras en Coatepec y a San Juan del Monte, en Las Vigas, en los 80’s.
Bajo el mismo
esquema se incluyó a los volcanes de Los Tuxtlas en los 90’s. y, para el 2005,
se nombró a la Sierra de Otontepec. Más
recientemente, este año, el Cerro del Algodón en Misantla, recibió el
nombramiento de ANP.
¿Cuál es la
importancia de mantenerlas protegidas? Para que usted dimensione su importancia
la Sierra de Otontepec, por ejemplo, es un espacio de conservación de selva
mediana, de bosque tropical de encino, de bosque mesófilo y de bosque de
helechos arborecentes.
Es el hogar
además de grandes felinos como el puma y el jaguar, así como de ocelotes y
otros mamíferos.
De acuerdo con
la información proporcionada por la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), este
punto son 15 mil 152 hectáreas que comprenden a los municipios de Tepetzintla,
Chontla, Ixcatepec, Citlaltépetl, Tancoco, Cerro Azul, Chicontepec, Tantima,
Chinampa de Goroztiza y Naranjos.
El esfuerzo
estatal se ha enfocado en financiar el monitoreo de biodiversidad así como la
capacitación de comunidades como guardas forestales, lo que ha dado como
resultado el reporte de grandes felinos.
El Cerro del
Algodón, ubicado en el ejido La Lima, sus 64 hectáreas de uso común, son fuente
de agua potable para varias localidades de Misantla, incluida la cabecera
municipal. Su ecosistema de bosque
mesófilo e montaña y selva mediana hace que sea albergue de cientos de especies
de flora y fauna.
Lo más valioso
es el rescate que los propios
ejidatarios han llevado a cabo lo que le valió al profesor Gregorio Roque el
premio al Mérito Ambiental, por lo que la Sedema intenta trabajar con el
Ayuntamiento y con la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV), a fin de lograr financiar su conservación.
Y es que en lo
que se refiere al valor económico de las montañas veracruzanas, la Sedema ha
expuesto la necesidad de ser solidario con las comunidades asentadas en las 245
hectáreas de montañas. Un buen ejemplo de esto es la compra de árboles
navideños provenientes de comunidades de Perote, Las Vigas de Ramírez,
Altotonga, Villa Aldama y Jalacingo: 80 por ciento del total de la producción
de cien mil árboles.
Así, las
montañas son fuente de vida y de economía.
@YamiriRodríguez