miércoles, 8 de mayo de 2024

Veracruz, entre huracanes y sequías


Yamiri Rodríguez Madrid

 

Ya viene la temporada de ciclones tropicales 2024.   Para el Atlántico, que es el que nos preocupa y ocupa a los veracruzanos, se pronostican de 20 a 23 fenómenos, de los cuales entre 11 y 12 serían tormentas tropicales, de 5 a 6 huracanes nivel 1 o 2 y de 4 a 5 huracanes categorías de 3 a 5, esto de acuerdo con el Sistema Meteorológico Nacional. Si bien se pronostica una temporada más activa de lo habitual en el Atlántico (hasta 50 por ciento por arriba del promedio, que corresponde a 14 sistemas), a partir del próximo 1 de junio, hoy vivimos con la preocupación de las sequías extremas.

Hay 20, de los 212 municipios veracruzanos, que padecen los estragos de las muy altas temperaturas -de hasta 45 grados la semana pasada-, así como de la falta de agua, pérdida de cultivos y hasta de animales; sin embargo, en unos días más, no sabremos cómo les irá con las lluvias intensas.  Sumamente compleja la situación de nuestro estado.

No necesitamos ser expertos en estos temas para constatar que las lluvias suelen ser cada temporada más copiosas, como también las épocas de calor más intensas, agobiantes, como todo lo que una y otra temporada implica.

Según se informó, las autoridades federales ya realizan reuniones preventivas y de preparación con los 17 estados costeros del país, para identificar las zonas de riesgo, evaluar y actualizar los protocolos de actuación de cada entidad ante posibles impactos por ciclones tropicales, inundaciones, deslizamientos de laderas, vientos fuertes y mareas de tormenta. Bien valdría la pena que en esas actualizaciones se incluyeran ya cómo proceder ante las cada vez más altas temperaturas, sobre todo cuando ahora ya se habla de por lo menos tres muertes por golpes de calor.

Sean lluvias intensas o calor asfixiante, algo tenemos que hacer las y los ciudadanos para intentar revertir sus efectos. Sin ir más lejos, Xalapa es la muestra más clara: hace 20 años no subía el termómetro a los 30 grados, pero tampoco se inundaba. Ahora, nos tatemamos en el día, nos llega el agua al cuello en ciertas zonas y hasta nos ha granizado como si fueran bolas de beisbol. Pero sigamos talando; sigamos cruzados de brazos.

@YamiriRodriguez

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