Yamiri Rodríguez Madrid
Desde que inició la pandemia del Covid19, hace
poco más de un año, tan solo en la Arquidiócesis de Xalapa han muerto 9 sacerdotes
y dos más están enfermos: los párrocos de la iglesia de Las Ánimas y el de la
iglesia de El Chico, en Emiliano Zapata. Los propios religiosos reconocen que
hacen falta más sacerdotes.
La mayoría de los muertos han sido hombres
de mediana edad quienes, cumpliendo su vocación de servicio, dieron su propia
vida. Muchos feligreses se molestan
porque los sacramentos no se pueden dar como se hacía antes, olvidándose que
son seres humanos que, al igual que nosotros, enferman de este terrible mal.
Lo anterior ha puesto de manifiesto la
preocupación de un grupo de religiosos por formar más seminaristas -y por
supuesto novicias-, que logren ordenarse. Se necesita sangre joven y con
vocación. Viene de la mano de quién será
nombrado como nuevo Arzobispo en la región, dado que el 15 de agosto monseñor
Hipólito Reyes Larios estará presentando su renuncia, aunque no se sabe si se
la aceptarán de manera inmediata o cumplirá sus 50 años como sacerdote -en
2023-, en funciones o como obispo emérito.
Lo cierto es que los cercanos al jerarca
religioso afirman que ya está cansado del trabajo intenso que representa su
nombramiento, sobre todo cuando padece diabetes e hipertensión y, en la misma
situación, está también el arzobispo auxiliar, el padre José Rafael Palma
Capetillo, aunque es 10 años más joven; de ahí que la expectativa es que llegue
un hombre mucho más joven y que ambos sorteen sanos y salvos este periodo largo
de la pandemia.
En medio de una crisis sanitaria y social
que venimos arrastrando desde hace ya muchos años no sólo en Veracruz, sino en
todo el país, encontrar a jóvenes que quieran dedicar su vida a un ministerio
religioso parece difícil, más cuando muchos tristemente se deslumbran con lo
fácil, lo banal, lo efímero,pero también lo mortal. Bien dicen: hacen falta
sacerdotes en nuestro estado
@YamiriRodriguez
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