Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Este jueves 26 de
marzo fue negro para dos personajes de la función pública veracruzana: Jorge
Winckler Ortiz y Yolli García Álvarez, quienes fungían como Fiscal General del
Estado y comisionada del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI),
respectivamente. Al primero, finalmente
y después de tanto jaloneo por más de un año, lo lograron destituir del cargo
de manera definitiva; la segunda fue aprehendida por presuntos actos de abuso
de autoridad e incumplimiento de un deber legal, prácticamente a la hora de
haber dejado el cargo.
En el caso del
panista, quien había sido nombrado para dicho cargo por un periodo de nueve
años, sus días estaban contados desde que perdieron la elección a la
gubernatura. Al igual que su antecesor, el priista Luis Ángel Bravo Contreras, fueron
las urnas las que marcaron su destino y, en esa férrea persecución en su
contra, también podría ir a la cárcel.
Sobre la
sudcaliforniana pesan una serie de presuntos señalamientos. De los menos
escandalosos, está el hecho de que supuestamente los sueldos de los dos
consejeros faltantes en el pleno del IVAI, se lo repartían entre los que
estaban, como si los más de cien mil pesos mensuales que ganaban fueran
insuficientes. Pero hay también quienes
afirman que de la bolsa del Instituto pagaba viajes, estadías, choferes y
viáticos de sus familiares cada vez que asistía a un congreso o seminario a
otra parte del país. Lo cierto es que esto no habría tronado si Yolli García
Álvarez no hubiese despertado la furia del secretario de Gobierno, Eric
Cisneros Burgos. Por eso, previo a su salida por término constitucional del
encargo, se preparó la solicitud de juicio político contra ella y los otros dos
consejeros.
Es una pena que
la corrupción, la omisión y demás faltas de los funcionarios, solo se castigue
en este estado por móviles personales o políticos. Y vendrán otros casos más…
@YamiriRodriguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario