Yamiri Rodríguez Madrid
De todos es sabido el viacrucis que ha
vivido la familia LeBaron luego de la masacre de varios de sus familiares. Algunos
de los integrantes de esta familia se han convertido en activistas de la
urgente pacificación del país.
Por eso, cuando hace apenas unos días
Bryan LeBaron pidió al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, investigar
a varios gobernadores mexicanos por la violencia desbordada en sus estados,
aquí en Veracruz se prendieron las alertas y el mandatario Cuitláhuac García
Jiménez, soltó que no lo iban a doblegar mediáticamente.
Comenzaron las patadas -sí mediáticas-, al
más estilo morenista, repartiendo en reversa, por lo que le tocó a sus
antecesores, volviéndose a confrontar con pesos pesados de la política como el
ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares que sí le salió a responder.
El activista, radicado en Galeana Chihuahua,
afirmó que lo que le duele al gobernador veracruzano son los periodicazos, no
los muertos, que parece que tiene muy claro el panorama histórico de los cárteles
en el estado, por lo que le cuestionó si ya los había denunciado y que lo
invitaba a ir a Washington a denunciar los hechos.
Expertos en atizar los fuegos, el
presidente Andrés Manuel López Obrador salió una vez más en defensa de su
gobernador consentido y al término de su mañanera de este martes gritó: “Estamos
contigo Cuitláhuac”.
Para LeBaron, la lealtad política tiene
como consecuencia más muerte, más corrupción, más impunidad; se encubren todo,
dijo, por agradecimiento; vaya que de eso sabemos de sobra en Veracruz. No por algo somos una de las entidades más
violentas; la segunda con más femicidios, entre las cinco con más fosas
clandestinas; con más número de desaparecidos.
Desafortunadamente, como hace más de 10
años, como hace cinco, importa más el costo electoral, que el impacto social
que pueda tener un actuar irresponsable; hoy como ayer, se le da más peso a
tener bien puesta la camiseta partidista que a la omisión.
El talón de Aquiles de Cuitláhuac García
ha sido el de la inseguridad; nadie esperaba que en tres años terminara al cien
por ciento con la inseguridad; ni en los seis años de su mandato. Lo que no se esperaba de él es que fuera
permisible a las mismas viejas prácticas. En Veracruz, para mala fortuna
nuestra, el luto y el dolor seguirán siendo el sello de la casa.
@YamiriRodríguez
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