Yamiri
Rodríguez Madrid
El pasado viernes se confirmó que una de
las 52 víctimas mortales en San Antonio Texas era un jovencito veracruzano de
apenas 16 años. Misael era originario de una de las 37 localidades rurales de
Naolinco, de San Marcos Atexquilapa, la cual tiene poco más de mil 600 habitantes.
Para conocer qué motivo a este menor de
edad a y a sus dos primos de 19 y 16 años y de los que aún no
se sabe nada, a dejar su tierra, hay que entender el origen.
La localidad está a tres kilómetros y medio de la cabecera
municipal. De acuerdo con datos
oficiales, el analfabetismo en esa comunidad es de 7.8 por ciento y el grado de escolaridad de
apenas 6 años, es decir, solo la primaria terminada, aun cuando el promedio
estatal es de 8.7 años.
Es un indicador importante porque Guerrero
y Michoacán, grandes estados expulsores de migrantes, están en condiciones muy
similares a las de Veracruz.
53 por ciento de los habitantes de más de
12 años de Atexquilapa no tienen trabajo; como este muchachito que apenas
arrancaba su vida y que por un pollero murió asfixiado en la caja de un tráiler,
luego de haber pagado 200 mil pesos.
Es tal el nivel de pobreza en ese pequeño
pueblo veracruzano, que solo la mitad de ellos tiene un teléfono celular; 8 por
ciento tiene coche y37 por ciento un refrigerador. Vaya aún hay 17 por ciento
de las viviendas sin un baño.
Así es la vida es San Marcos Atexquilpa. Hoy viene ya de regreso como parte de un
proceso de repatriación. La familia Olivares reza por su alma y porque los otros
dos jóvenes aparezcan pronto.
Otra segunda víctima veracruzana ha sido
identificada. Julio era originario de Santiago Sochiapan. Cruzó para alcanzar a
su esposa, quien ya radicaba en los Estados Unidos. Venía de un municipio con
apenas 13 mil habitantes y 85 localidades. Como Julio, el 85 por ciento de quienes
ahí viven lo hacen en condiciones de pobreza; 39 por ciento de ellos en pobreza
extrema.
Dentro de los 212 municipios, Sochiapan es
el 34 más pobre del estado; el 342 en todo el país. Tristemente no son ni los
primeros, ni tampoco serán los últimos, en correr con esa suerte en su merecido
anhelo de una vida mejor.
@YamiriRodriguez
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