lunes, 22 de octubre de 2012

Códices de Chiconquiaco: un reencuentro con los orígenes de Veracruz




Por Yamiri Rodríguez Madrid.

 

En el Estado de Veracruz, tenemos joyas históricas que, desafortunadamente, un gran porcentaje de la población desconoce.  En trozos de papel amate los totonacos del siglo XVI dejaron testimonio de la llegada de los españoles a la sierra veracruzana, de cómo eran sus parajes y cuál era su relación con los demás asentamientos indígenas de la región: los Códices de Chiconquiaco.

Después de haber sido robados, parte de la historia de esta entidad estuvo en riesgo de desaparecer, aunque afortunadamente, amantes de nuestro pasado como el investigador Jesús Javier Bonilla Palmeros se empeñaron en no perderla.

Para que usted tenga una idea, en 1542 pobladores nativos de Chiconquiaco elaboraron pictogramas y textos en náhuatl narrando las formas de vida durante el siglo XVI: desde la manera en que se hacía el comercio hasta la llegada y trato que tenían con los españoles que recién desembarcados en nuestro continente: a estos documentos les conoce como los Códices de San Pedro Chiconquiaco.

En papel amate  y con tinta roja y negra –al igual que otras culturas mesoamericanas-, los antiguos moradores dieron cuenta de las características de la Sierra de Chiconquiaco, tanto geográficas, hidrográficas y limitativas, así como de la vida en los asentamientos de Tepetlán, Miahuatlán, Ocelotlán, Yecuatla, Xihuitán y Chiconquiaco, todos estos parte del llamado Gran Señorío.

Mediante la interpretación que ha hecho Bonilla Palmeros del único códice en amate que se conserva en la actualidad, su tema central es el reconocimiento que el virrey de ese entonces, don Antonio de Mendoza, hiciera a la propiedad territorial del pueblo de Chiconquiaco, esto previo a la conquista.

Los facsímiles, que datan de 1877, son igual de valiosos para el Estado de Veracruz, pues ayudaron a salvaguardar la historia del pueblo de Chiconquiaco y en múltiples ocasiones fueron pruebas en litigios por sus tierras, siendo el antecedente más antiguo de las luchas agrarias en el país.

Si bien uno de los principales enemigos de nuestros testimonios históricos es el paso del tiempo, el segundo lo son los amantes de lo ajeno.

En 1992 las autoridades de Chiconquiaco resguardaban todavía el códice original. Preocupados porque el tiempo no hiciera estragos en los facsímiles de los Códices, los enmarcaron y encapsularon entre acrílicos para preservarlos, sin embargo, la última vez que fueron vistos los Códices de Chiconquiaco, fue en el año de 1998, durante una feria de Xalapa donde fueron exhibidos.

Y es que hace más de diez años, los Códices, junto con un expediente de 16 fojas de mercedes de tierras, de 1882, fueron robados y hoy se desconoce si están en posesión de algún coleccionista de arte prehispánico o bien, algún ex funcionario público.

¿Cómo fue robado el ayuntamiento de Chiconquiaco?, cuando Bonilla Palmeros fue invitado a dictar una conferencia sobre el contenido de los códices de su pueblo fue cuando se dieron cuenta de que el más antiguo ya no estaban ahí; el del siglo XIX estaba enrollado guardado afortunadamente en un cajón, pues fue el que permitió hacer hoy una nueva copia de la historia veracruzana.

Aunque desafortunadamente aún no ha sido posible hallar los Códices ni a quienes los robaron, el Gobierno del Estado ha realizado una serie de esfuerzos para recuperar está parte trascendental de la historia de Veracruz a través del segundo Códice que aún está en su posesión.

Lo invito a que los conozca, que se empape de la historia de este estado, como lo es a través de Los Códices de Chiconquiaco.

 


Twitter: @YamiriRodriguez

 

 

 

 

 

 

 

 

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