martes, 22 de mayo de 2018

Sergio Obeso, un cardenal orgullosamente xalapeño


Por Yamiri Rodríguez Madrid
Tras 33 años de servicio como Arzobispo de Xalapa y 63 dedicados a la vocación religiosa, el 10 de abril de 2007, el Vaticano aceptó la renuncia de Monseñor Sergio Obeso Rivera, designando en su lugar a Hipólito Reyes Larios.  Pero ahora, a sus 86 años, el Arzobispo Emérito fue designado por el Papa Francisco I, nuevo cardenal para México.
Tras su retiro, tuve la oportunidad de entrevistarlo.  Se dijo satisfecho por el trabajo realizado y aunque decía que la edad ya le pesa, este tiempo lo ocupó para visitar a los enfermos en los hospitales, para rezar por los muertos pero, sobre todo, para ayudar, aun con la tarea más sencilla, a la Iglesia, su Iglesia, a fin de que se le recordara como un hermano mayor.
La carrera de Obeso Rivera ha sido vasta y apasionada: a los 12 años el religioso oriundo de Xalapa, ingresó al Seminario y desde entonces consagró su vida al catolicismo:
A su regreso a México, tras haberse ordenado sacerdote en Roma y obtenido el doctorado en Teología, Sergio Obeso  prestó sus servicios al Seminario durante 17 años: fue prefecto de filosofía y teología, director espiritual, rector y capellán del Convenio de las entonces Monjas Capuchinas del Santísimo Sacramento.
El 30 de abril de 1971, el Papa Pablo VI lo nombró Obispo de Papantla, pero es en 1974 cuando la Santa Sede lo designa Arzobispo titular de Uppenna (en Túnez), con el cargo de Coadjutor con derecho a sucesión del entonces arzobispo de Xalapa, Emilio Abascal Salmerón: la sucesión se da el 12 de marzo de 1979.
Desde entonces no paró pues fungió como Presidente de la Comisión Episcopal del Clero y de la Pastoral Social, pero sobre todo porque dedicó gran parte de su tiempo a la evangelización.
“La experiencia más bella es estar en contacto con las personas, y lo digo sin dejo alguno de demagogia, mi mejor experiencia es estar en contacto con la gente de los pueblos, esa gente que está con toda lealtad con nosotros.  Para mí peregrinar con el pueblo, entre el polvo y los perros que nos acompañan también siempre, y toda la algarabía de una llegada a un pueblo o a una parroquia, le he sentido siempre muy gratificante y estimulante, por lo que siempre he pensado: cómo no responderle a un pueblo que tiene tanta y tan auténticas esperanzas”, dijo.
Hoy, tras más de una década en retiro, los xalapeños se sienten orgullosos de su próximo nombramiento como Cardenal, el próximo 29 de junio en Roma, donde muchos que lo quieren, y pueden, se darán cita para acompañarlo. Lo veremos sirviendo a su Iglesia, hasta el último aliento. Que sean muchos años más.
@YamiriRodríguez


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