miércoles, 2 de mayo de 2018

Toda una vida de lucha sindical: Acela Servín Murrieta


Por Yamiri Rodríguez Madrid.

Hablar del Sindicato Estatal de Trabajadores al Servicio de la Educación (SETSE) es hablar de la vida de Acela Servín Murrieta.   Más de medio siglo de lucha sindical avalaron su reconocimiento generalizado como líder moral de los trabajadores agremiados a dicho sindicato, hasta este miércoles, cuando nos enteramos de su deceso.
Era el año de 1961.  Acela Servín era una joven maestra en servicio en Xalapa.  Un importante cambio dentro del sindicalismo magisterial veracruzano se avecinaba y ella fue invitada, por otro grupo de docentes, para ser participe de esto.
Por “casualidad o necesidad” –como ella misma lo comentaba en una entrevista que le hice en 2006-, se acercó a este grupo para platicar los cambios que habría al interior del Comité Ejecutivo Estatal de la entonces sección 41 del Sindicato Nacional de Trabajadores al Servicio de la Educación (SNTE), pues la intención era buscar representantes ante el sindicato que fueran nombrados por los maestros y no como solía ser, por el Gobernador en turno o la máxima autoridad educativa.
“Cuando llegó el momento de nombrar a los delegados, sorpresivamente me eligieron. Ese movimiento estaba tomando fuerzas y en todos lados había profesores que querían estar pendientes del nombramiento de sus delegados”, añadió tras revelar que esa asamblea celebrada en Huatusco era la primera en la que participaba.
Los tropiezos, como en toda lucha sindical, no se hicieron esperar: dado el crecimiento que estaba teniendo este grupo de jóvenes maestros, las autoridades decidieron suspender la asamblea y planearon una serie de obstáculos y argucias para evitar cumplieran su objetivo.
Empero, ellos no desistieron.  Su interés los llevó hasta Papantla para ser testigos de la asamblea que, en noviembre de ese mismo año, la Sección 41 del SNTE realizó.
“A la hora que llegamos al Teatro estaba cerrado.  Nos comenzamos a juntar en la puerta y nos dijeron que la entrada era por atrás.  Al llegar la puerta estaba custodiada por soldados y policías, todos armados, y revisaban a uno por uno al entrar.  Recuerdo que a un profesor de Chicontepec, un hombre muy respetable, le encontraron una navajita con la que sacaba punta a sus lápices; se la quitaron porque dijeron que era un arma peligrosa”, contaba.
Al ingresar a la sala se llevaron la sorpresa de que estaba completamente llena de supuestos delegados: “El profesor Castellanos, un maestro muy respetable de Coatepec, desde el presidium nos aventó unas llaves y nos dijo ‘lárguense’.  Al no tener nada que hacer ahí nos regresamos como pudimos a Xalapa pero notificamos a las autoridades sindicales”.
Ese hecho originó en nacimiento del Movimiento Depurador, el cual tenía la obligación, mediante una comisión, de estar atento a las necesidades de los maestros foráneos.  Sin si quiera una oficina, Acela Servín fue nombrada, junto con otros cuatro compañeros, Presidenta de la misma.
Pero el segundo portazo lo recibieron de parte de su entonces líder nacional, Alberto Larios Gaytán, cuando al ir a la Ciudad de México a solicitarle su ayuda, no sólo no los recibió, sino que, pese a que la investigación que mandó a hacer concluyó a favor de los maestros inconformes, terminó por ignorarlos.
En esos años no había más opciones sindicales –cuenta-, por lo que al recibir la plaza magisterial directamente ingresaba uno al SNTE, de ahí que el 11 de agosto de 1952, haciendo uso de la garantía constitucional de la libertad de asociación, formaron su primer comité ejecutivo con la presencia de delegados de todo el estado.
Así nació el Sindicato Estatal de Trabajadores al Servicio de la Educación, con la presencia de 5 mil maestros, todos ellos bajo un mismo lema: “Educación, superación y patria”.   Hombro con hombro Servín Murrieta inició su lucha con sus colegas José Manuel Palafox Posadas, fundador y primer Secretario General del SETSE, Francisco Mata Aguilar y Héctor Domínguez Tiburcio.
“Estábamos cansados, sobre todo las maestras del medio rural, de las agresiones en contra de nuestra dignidad.  Era muy fácil cambiar a un maestro para quitarle la plaza.  Era muy fácil ayudar a quien hacía regalos ostentosos, era muy fácil para los representantes sindicales hacerles proposiciones indecorosas a las maestras”, comentaba.
Pero uno de los capítulos más destacables de la vida del SETSE es la lucha emprendida por “médicos y medicina” para todos los maestros.
Dicho movimiento inició con paros escalonados cada quince días y desembocó en una huelga, la más grande del Estado de Veracruz, en la que no hubo un maestro que no participara en la toma de las escuelas, que no viviera en las instalaciones durante los meses que esto duró, para hacer valer sus derechos.
Los maestros sufrieron persecución por parte del sistema pero, en contraparte, recibieron cobijo de los padres de familia.  Se hicieron escuchar y su voz, a través de Ásela Servín, se hizo escuchar en Los Pinos.
Los logros conseguidos por Servín Murrieta en todos estos años fueron muchos, como la nivelación salarial con los maestros federalizados, así como la obtención, en 1979, de la pensión móvil, la cual consistía en que, con cada aumento otorgado a la plantilla activa, se hiciera lo propio con los jubilados, y la adquisición de varios inmuebles –todos con dinero propio-, en 36 delegaciones en el Estado.
Acela Servín fue un referente del sindicalismo en Veracruz y en México.  Descanse en paz.

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