lunes, 6 de agosto de 2018

Veracruz, bajo el agua




Por Yamiri Rodríguez Madrid
Aún faltan muchas semanas para que concluya la temporada de huracanes y ciclones, pero en el estado de Veracruz los estragos de las lluvias ya se han dejado sentir; el caso más reciente fue la semana pasada, con la primera inundación del año que se suscitó en el Puerto.
Las imágenes recorrieron las redes sociales: el Café de la Parroquia con el agua hasta las mesas, los coches prácticamente cubiertos de agua, el Recinto de la Reforma y el Registro Civil, anegados. 
Pero, aunque hoy se busquen culpables, lo cierto es que las inundaciones son la mezcla de muchos errores que se han dejado correr durante décadas.  El primero de estos es la antigüedad del drenaje; tuberías que tienen más de 80 o 100 años y que no es un problema limitativo del Puerto, sino de prácticamente todas las ciudades grandes del estado, como la capital Xalapa, cuyas constantes fugas de agua obedecen a lo viejo de su sistema de distribución del vital líquido. Sustituirlo, han justificado los hoy ex presidentes municipales, es impensable, pues no hay recurso que alcance.
La segunda causa de las inundaciones en el Puerto obedece a que siguen empeñados en construir en zonas pantanosas, en querer ganarle terreno al mar para extenderse, como ha sucedido en la zona portuaria y hotelera.  Por ejemplo, el Floresta y Flores del Valle, dos fraccionamientos de interés residencial medio, están fincados sobre popales.
Y la tercera causa y que está en manos de cada uno de nosotros, es la cantidad de basura que se tira en las calles.  Cada vez que la autoridad municipal, de cualquier punto del estado, limpia alcantarillas, salen toneladas de basura de estas: botellas de refresco, bolsas de plástico, envases, los cuales salen disparados de las ventanillas de los camiones urbanos, de los coches que circulan por las calles, de los miles de transeúntes que caminan a diario.
La falsa creencia es que para eso existe un servicio de limpia pública; creen erróneamente que pueden tirar lo que les plazca a la calle porque para eso pagan impuestos, porque es obligación de los barrenderos.
Por eso nunca pierde vigencia esa máxima que dice: ciudad más limpia no es la que más barre, sino la que menos basura tira.
La próxima vez que arroje basura sobre la banqueta, que no barra el frente de su casa, aténgase a inundarse pues definitivamente con nuestras accione, somos parte del problema.
@YamiriRodriguez

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