Yamiri Rodríguez Madrid
Cuando Ricardo Ahued Bardahuil llegó por segunda
ocasión a la presidencia municipal de Xalapa, el pasado mes de enero, tenía la
presión ciudadana de ponerse a trabajar debido a que su antecesor, el también
morenista Hipólito Rodríguez Herrero, no hizo absolutamente nada en cuatro años
de administración. Sin embargo, aunque Ahued se puso a trabajar por toda la
ciudad, lejos de generar aplausos y simpatías entre los xalapeños, ha causado
enojo y caos.
Desde hace meses hay obras en prácticamente
todos los puntos neurálgicos de la capital veracruzana como Lázaro Cárdenas, 20
de noviembre, Arco Sur, Maestros Veracruzanos y en el centro de la ciudad; tan
solo en este último lugar, los trabajos están desde el mes de abril. En la
calle de Rojano, por ejemplo, les dijeron que los trabajos durarían tres meses
máximo, pero los vecinos dudan todos los días que vayan a terminar para dicha
fecha.
Es cierto que el tráfico en Xalapa siempre
ha sido caótico, que cada día hay más coches y muchas de nuestras vialidades
fueron diseñadas para el paso de carretas, pero eso lo sabían el director de
Obras Públicas de Xalapa, Guillermo Ávila Devezze, y Ricardo Ahued, quienes
repiten en el cargo después de más de una década.
Por eso la falta de planeación en las
obras, la falta de visión del caos que generarían, le está pasando factura al
edil morenista; eso de molestias temporales para beneficios permanentes ya no
se lo creen los xalapeños. No solo les resulta trillado, sino hasta molesto.
Hoy recorrer un punto que habitualmente
demoraba 20 minutos, le toma a uno 40 o 50, dependiendo la hora y el día de la
semana; hasta en la noche es difícil circular. Un calendario bien elaborado,
tomando en cuenta que además les iba a tocar el temporal de lluvias, hubiese
sido una buena idea, pero creyeron que los xalapeños iban a reconocer que
estaban trabajando como su antecesor no lo hizo.
Con la ciudad minada, hoy no le queda a
los xalapeños más que armarse de paciencia y valor para continuar.
@YamiriRodriguez
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