Yamiri Rodríguez Madrid
La niñez veracruzana sufre de muchos
problemas: el aumento de la brecha de la desigualdad en educación a raíz de la
pandemia, problemas de nutrición, violencia doméstica y, en el caso específico
de las niñas, el convertirse en madres a tan corta edad. Ejemplo de lo anterior
es que el INEGI dio a conocer que el año pasado 369 niñas y adolescentes, de
entre 10 y 14, dieron a luz. La cifra es mayor, 989, si el rango de edad se amplía
a los 15 años. Si se incluyen a las jovencitas de 16, entonces se contabilizan 6
mil 778 nacimientos.
Durante el confinamiento por el Covid19,
colectivos denunciaron un aumento significativo en el número de agresiones a
niñas y jovencitas, muchas de las cuales seguramente, por esta razón también se
convirtieron en madres.
Desafortunadamente, el DIF estatal y los
municipales, siguen dormidos en sus laureles, ajenos a estos problemas. Como lo
hemos dicho en anteriores ocasiones, la directora del DIF Estatal, Rebeca
Quintanar Barceló aparece como los cometas. No hay campañas de prevención, no
hay pláticas; se preocupa más por salir bien en sus fotos de Facebook que en
entregar resultados tangibles en el área que le corresponde.
Mientras la funcionaria estatal abre el
debate en sus redes si es mejor la nieve de coco o la de jobo, un menor se va a
la escuela sin desayunar; es víctima de explotación infantil o del abuso
sexual. Urge que cada área de gobierno se ponga a hacer su trabajo y no perder
el tiempo en banalidades, además de que deben coordinarse con los DIF
municipales pues, la gran mayoría, están igual de perdidos que el estatal. Si
no toma cartas en el asunto para prevenir más embarazos adolescentes, sea cual
sea la causa, seguiremos atrapados en un círculo vicioso en Veracruz.
@YamiriRodriguez
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