Por Yamiri Rodríguez
Madrid
Una vez más la sociedad
porteña está conmocionada tras el brutal asesinato de la joven Monse, perpetrado
por su novio, Marlon Botas, hoy prófugo de la justicia. Previo a su lamentable
muerte, en redes sociales inició un movimiento para dar con el paradero del
sujeto, quien le había propinado una golpiza que la tuvo unos días hospitalizada
y, finalmente, falleció.
Ni Monse ni sus padres
imaginaron que, tras 10 meses de noviazgo, con un muchachito que parecía un
buen tipo, terminaría su vida. De
acuerdo con lo narrado por algunos allegados, el feminicida no tomaba, ni ingería
drogas, por lo que fue saña pura.
Este fin de semana se
manifestaron en la taquería propiedad de los padres del sujeto, la cual
cerraron junto con el resto de las sucursales. Al parecer, ellos también
dejaron ya el Puerto de Veracruz pues, tras la golpiza brutal que le propinó
fue la pareja quienes la llevaron a un hospital donde dicen estuvo sola un buen
rato, hasta que se les notificó a sus familiares. Las cámaras de video captaron
el momento en que primero entra Monse y Marlon, luego llegan los padres del
feminicida; él sale de su casa y, un rato después, ellos con ella agonizante.
Por eso también el movimiento en redes los busca a ellos, a los tres.
La universidad privada
donde él estudiaba, tarde, muy tarde, salió a fijar una postura, condenando el
hecho y expulsándolo, cuando debe estar ya a miles de miles de kilómetros de aquí
y debe ser el menor de sus problemas.
La familia y amigos de
Monse saben bien que ponerlo tras las rejas no la traerá de vuelta a la vida,
pero es un clamor de justicia. A las autoridades les toca hacer su trabajo aplicándole
todo el peso de la ley a Marlons. A
nosotros, los que somos padres de familia, tenemos que educar bien a nuestros
hijos, no en colegios privados, con clases extra curriculares nada más, sino
enseñando valores, el alcance y repercusión de cada una de nuestras acciones,
de lo contrario, no habrá cárceles suficientes para tantos Marlons que andan
por ahí en la vida, ni lágrimas que alcance para llorar a jóvenes como Monse y
muchas otras más.
@YamiriRodriguez
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