Por Yamiri Rodríguez Madrid
Esta semana inició la aplicación de
vacunas para maestros en el estado de Veracruz. A diferencia de lo que pasó con
médicos, en esta ocasión sí se inmunizan a todos sin excepción, sin importar si
son de escuelas públicas o privadas.
No es nada contra los maestros, pero llama
la atención que esto suceda mientras doctores privados han estado protestando
en todo el país, porque a ellos se les dejó fuera de la estrategia de vacunación,
sin importarle a la autoridad municipal que ellos también están arriesgando sus
vidas, todos los días.
Lo cierto es que la fuerza del magisterio,
electoralmente, no es la misma que la de los galenos, y más en un estado como
el nuestro, donde hay más de 135 mil 380 maestros. Tan importantes son que Elba Esther Gordillo
conformó un partido político años atrás y hoy, ya con nuevas siglas, las de Redes
Sociales Progresistas, todos los partidos políticos se disputan su voto de
bloque, pues quedaron la gran mayoría a la deriva.
Nos dice la autoridad estatal que es
probable que en dos semanas regresemos en Veracruz a clases presenciales, otra
vez sin medir el riesgo: los maestros están vacunados, pero los niños y jóvenes
no. El niño es niño y en algún momento
del día se quitará el cubreboca, compartirá el vaso de agua con el compañero y
llevará el virus a casa. Desde que inició la pandemia se tienen registrados
casos de niños pequeños enfermos; no serán la mayoría de los casos, pero se
convertirán en un factor de riesgo en sus hogares, para sus padres.
Sospechosamente también Morena vacunó a
los adultos mayores, quienes representan una buena parte de su voto duro; pero sigue
sin dar una fecha certera de cuándo les tocará a quienes conforman la fuerza
productiva del estado, pese a lo deprimida que está nuestra economía.
Así queda de manifiesto que en el tema de
la vacunación hay dos varas, siendo la más larga la electoral.
@YamiriRodriguez
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