Yamiri Rodríguez Madrid
Dicen que nunca hay que pecar de confiado y
eso es lo que le está pasando a la zacatecana Rocío Nahle García en sus
aspiraciones de ser la próxima gobernadora de Veracruz. A diferencia de otros
aspirantes morenistas, es la única que no camina el estado, que no se reúne con
la gente, confiada tal vez en tres factores: la cercanía con el Presidente, la
marca partido y la cuota de género, pero podría equivocarse.
En 2024 el Presidente no irá en la boleta
electoral y quien resulte ser la o el candidato presidencial del partido en el
poder, no es el mismo fenómeno electoral que Andrés Manuel López Obrador, por
lo que difícilmente será un factor de arrastre como en 2018. Y aunque seguramente el titular del Ejecutivo
Federal se las ingeniará para hacer campaña en los estados y levantarles la mano
constantemente a sus candidatos, no será el mismo impacto que salir en lonas y
espectaculares con él.
La marca partido está fuerte en Veracruz,
pero no será suficiente para ganar la elección; eso lo saben bien sus
adversarios internos quienes tienen meses recorriendo el estado y haciéndose
presentes en diferentes sectores sociales. Todos menos ella.
Y aunque apueste a la cuota de género,
gobernar un estado tan complejo como lo es Veracruz, se reduce a un tema de
capacidades. Rocío Nahle ha tenido varios negritos en el arroz durante su gestión
como Secretaria de Energía del país; es una de las que más golpeteo mediático
ha tenido y, por ende más desgaste. Y no, no obedecen estos negativos al
llamado fuego amigo, sino a tropiezos que ella misma ha cometido: su joyería de
Tiffany en una administración cuyo supuesto sello es la austeridad republicana;
la costosa universidad en el extranjero de su hija, cuando este gobierno repudia
este tipo de comodidades; sus vuelos en primera clase, a pesar de que ni su jefe
lo hace. A eso sumemos que a Rocío Nahle la rondan escándalos de corrupción, de
favoritismos; que es cero carismática, mucho menos cercana, y que no trae una
estrategia para estar presente en el estado.
Le han puesto la mesa para que en muchos
eventos gubernamentales estatales esté presente, pero no lo aprovecha. Pudo echarse a la bolsa a cientos de miles de
familias veracruzanas con el tema de las altas tarifas eléctricas, pero ni pudo
ni quiso hacer nada al respecto a pesar de ser la cabeza de la Secretaría de
Energía.
Pasada la inauguración de la refinería de
Dos Bocas en Tabasco le entrarán las prisas, pero vendrá también otro desgaste
mediático para ella si la obra no queda en perfectas condiciones; a ver si no
le ganaron el mandado para cuando ella reaccione.
@YamiriRodriguez
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