Yamiri Rodríguez Madrid
Raquel Bonilla Herrera llegó a la Cámara
de Diputados en 2018 gracias a la ola lopezobradorista; en 2021 fue una
de las que se reeligió en su curul; sin embargo, en todos estos años no ha
hecho absolutamente nada trascendente como representante popular de Poza Rica; casi
cuatro años después salió a los reflectores por tomarse una foto con Nicolás
Maduro, el polémico presidente venezolano.
Bonilla Herrera, de 38 años, tiene la
carrera trunca de Derecho, y cobra más de 100 mil pesos mensuales sin hacer
prácticamente nada. ¿O acaso usted recuerda
alguna reforma o ley que la Diputada Federal del Distrito 5 haya presentado?
El pasado 18 de agosto ella misma compartió
en sus redes sociales la publicación de Maduro, en la que recibió la “grata
visita” del Grupo de Amistad Parlamentario México-Venezuela, con quienes conversó
sobre diferentes temas “de interés de sus pueblos y sobre el avance del
fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre dos países que son hermanos”.
Entre ellos estaba el diputado federal petista Gerardo Fernández Noroña.
Por su parte, la legisladora morenista,
oriunda de Coatzintla, posteó: “No podríamos cerrar de mejor forma las
actividades de hoy. Es un placer seguir coincidiendo con liderazgos
progresistas que encabezan la lucha por nuestra patria grande”. La pregunta
para ella y para quienes en dos ocasiones le han dado su aval para ocupar una
curul es en qué les beneficia a las familias de Poza Rica este tipo de gastos y
de reuniones. ¿Esto les significa más
empleos formales, reduce los niveles de inseguridad, abona a que tengan más
recursos para obras y servicios? En lo absoluto.
Ojalá Raquel Bonilla dedicara el mismo
tiempo que le da a las selfies a trabajar en iniciativas, en gestión que le
ayude a las y los veracruzanos, pues como integrante de las comisiones de Desarrollo
Metropolitano, Urbano, Ordenamiento Territorial y Movilidad, Desarrollo Social,
Turismo o Energía, nada ha hecho por su tierra.
@YamiriRodriguez
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