Yamiri Rodríguez Madrid
Esta semana inició con una manifestación
de habitantes de Rafael Lucio frente al Palacio de Gobierno de Xalapa, quienes
amagaron con bloquear carreteras si en 72 horas no hay justicia en el asesinato
del ex presidente municipal, José Allan Libreros Alba. Los inconformes, entre
ellos su padre, tienen sus propias teorías sobre quién presuntamente mandó a
asesinar al ex edil, por lo que han lanzado un ultimátum a la Fiscalía General
del Estado.
Lo cierto es que la violencia contra los
presidentes municipales ha escalado en Veracruz y en México. Otro ejemplo, aunque plagado de dimes y
diretes, son las declaraciones de la presidenta municipal de Sayula de Alemán,
Lorena Sánchez Vargas, quien asegura haber estado secuestrada 7 meses y que su hijo
pequeño aun continuaba privado de la libertad.
Si nos vamos un poco más atrás, en
2019, la presidenta municipal de Mixtla de Altamirano, Maricela
Vallejo Orea fue ejecutada. La edil había
denunciado amenazas por parte del síndico y de la ex alcaldesa, hoy detenida.
Unos meses después, la presidenta municipal de Jamapa, Florisel
Ríos Delfín, fue asesinada con varios disparos. Con anterioridad, la perredista
denunció amenazas, a la par de que en su municipio se habían suscitado hechos
de violencia contra sus funcionarios y familia.
El 11 de diciembre de 2019, el ex presidente municipal de Omealca,
Pedro Muñoz Mora, fue emboscado en una comunidad. Unos
días después, el 16 de diciembre, se reportó el homicidio del ex alcalde de
Paso del Macho, Rafael Pacheco Molina, a una cuadra del Palacio Municipal.
El 1 de febrero de 2020, Jorge
Baruch Custodio, ex presidente municipal de Soconusco y ex delegado regional de
la Sedesol, sufrió un ataque mortal. El 4 de abril de ese mismo año, en Huatusco, fue asesinado el hijo
del ex presidente municipal Rigoberto Villalvazo Aparicio. El día 12, la
agente municipal priista, Catalina Montalvo Tezohua fue victimada.
Dos días después, el 14, la regidora perredista de Texcatepec, María del
Carmen Hernández también fue ejecutada.
El 11 de septiembre, el hijo del ex presidente municipal de La
Perla, José Melquiades Vázquez Lucas, también fue asesinado y el 27 de
octubre, el ex presidente municipal de Atzalan, Orlando Bocarando, sufrió
un atentado en el municipio de Jalacingo en el que su chofer fue asesinado.
A esa lista se sumaron
candidatos a presidentes municipales de diversos partidos y, todo parece
indicar, que ni ellos se escapan de la ola de violencia. Así Veracruz se
convierte en un estado peligroso para ejercer la política y del poco avance hay
en este tipo de asesinatos.
@YamiriRodriguez
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