lunes, 3 de marzo de 2014

Desinfección política, para mejores ciudades


Por Yamiri Rodríguez Madrid/Washington DC

 

Creado en el 2011, el Programa de Ciudades Emergentes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID),  es un instrumento de planificación y política pública que permite estructurar y organizar inversiones en mejora de calidad pública.

Un instrumento fundamental sobre todo cuando a decir de los expertos, la huella urbana aumentó en múltiplos de 12 a 16 veces de los patrones normales, lo que a su vez provoca un mayor costo – de hasta 5 veces-, para las autoridades proveer servicios públicos a las ciudades que han crecido de manera desordenada.

En una charla en Washington, con Ellis Juan, coordinador general de la Iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles, el arquitecto colombiano expuso junto con otros expertos en la materia, la importancia de repensar el desarrollo urbano de las ciudades, a fin de que estas sean acordes a las necesidades de sus habitantes, pero sobre todo, que la huella urbana sea planificada.

Pero interesante resulta también lo expuesto por Horacio Terraza, coordinador de la Iniciativa para el Sector Infraestructura y Medio Ambiente y el mexicano Ricardo de Vecchi,, quienes reconocen que en algunos casos se han topado con el factor político como una limitante para el desarrollo del programa y las obras.

Y es que muchas autoridades municipales prefieren pavimentar 50 calles, que realizar una planta de tratamiento de aguas residuales o un colector pluvial, pues estas últimas son obras enterradas que no les significarán votos.

Los diagnósticos iniciales que realiza el BID prácticamente desnudan a las ciudades, lo que choca con las ideas faraónicas de algunos munícipes. Ahí están los casos de Mar de la Plata, en Argentina, en donde el alcalde que puso en marcha el piloto de ciudad emergente perdió las elecciones en tanto que en Montevideo, en Uruguay, la alcaldesa no tuvo focos rojos en el diagnóstico, sólo amarillos, más les dio el tratamiento de los primeros para que la ciudadanía tomara conciencia de los problemas de la ciudad.

En Sao Paulo, aunque no es una ciudad emergente, la autoridad municipal puso en marcha una serie de programas urbanismo, los cuales elevaron su popularidad.

Al igual que en México, en Colombia, en Brasil y en muchos otros países las alcaldías se renuevan cada 4 años, sin embargo, con la apropiación de los proyectos por parte de los ciudadanos, se garantiza su continuidad.

Otro punto primordial en el éxito de las recomendaciones de la ICES es  la capacidad institucional, la capacidad de respuesta de los gobiernos locales, eso es lo que hace la diferencia. De ahí que la recomendación de los expertos sea el efectuar una desinfección política, para darle paso a ciudades ordenadas.

Y la transparencia y rendición de cuentas viene de la mano, pues la gran mayoría de estos proyectos deben buscar financiamiento.  Tan sólo en el rubro de ciudades inteligentes, con estos centros múltiples de monitoreo (muy al estilo del C4 con el que contamos), se requieren inversiones de millones de dólares, a los cuales obviamente los munícipes no pueden meterle mano al cajón.

Al final, se trata de pensar las ciudades para la gente, no para los autos.

@YamiriRodríguez

 

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