jueves, 4 de septiembre de 2014

Café veracruzano, con causa ambiental

Por Yamiri Rodríguez
 
En el Estado de Veracruz hay 137 mil hectáreas cultivadas de café. 53 mil tan sólo en la región de Xalapa-Coatepec.  Más allá de los montos de producción, del precio internacional o de la situación de crisis por la que estén pasando, los cafetales son un subsistema que dan hogar a 127 especies de flora y fauna.
Los cafetales son también, a decir de los especialistas, sangre para el bosque mesófilo el cual, tristemente, está ya en peligro de extinción.
Y es que al venderse las fincas para convertirlas en fraccionamientos, se extinguen con esta parte del ecosistema. A esto súmele que hace 15 años, con la crisis cafetalera, se hiciera una reconversión del cultivo, dando auge a las variedades que crecen bajo el rayo directo del sol.
De ahí que a través de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) se intente implementar el cultivo en doseles, a través del Programa de Biodiversidad y Servicios Hidrológicos en Agrosistemas de Café.
Se trata pues de la entrega de 250 mil plantas de 30 especies de biodiversidad como por ejemplo nogales, nuez de  macadamia, guayaba, chicozapote, limón etcétera a objeto de beneficiar a 2 mil hectáreas cafetaleras en una primera instancia.
En los municipios donde ha comenzado a operar el programa, como Huatusco y Soteapan, los pobladores se dicen sorprendidos pues especies que hace décadas ya no eran vistas en la región, como el tucán, ha vuelto a aparecer.
Diversos estudios académicos, nacionales e internacionales, hablan de la potencialidad de la sombra de los cafetales. Con el programa impulsado por la Sedema se reduce la erosión y protegen el sistema de raíces del cafeto, modifica la temperatura del suelo y el ambiente, conserva la humedad del suelo, disminuye el crecimiento de malezas y se reducen los costos de control y provee y mantienen el contenido de materia orgánica en el suelo
A la par, reduce los daños causados por el viento, disminuye la incidencia de algunas plagas y enfermedades, se obtiene frutos de mayor tamaño, retarda la maduración de los frutos y evita la sobreproducción de arbustos jóvenes
Las raíces de los árboles de sombra ayudan a retener el suelo en su sitio disminuyendo la erosión y sus hojas amortiguan el impacto directo de las gotas de lluvia sobre la superficie del suelo. Esto último disminuye el desprendimiento de las partículas del suelo y el que se sellen los poros de la superficie aumentando la escorrentía. De otra parte, pueden conseguirse efectos similares en plantaciones de café al sol si se utilizan altas densidades de siembra. Cuando los cafetos alcanzan su pleno desarrollo cubren todo el terreno y la erosión se reduce drásticamente.
Pero además, un aspecto que se señala como ventaja en el uso de la sombra es que disminuye el crecimiento de malezas y se reducen los costos de control. Además, los árboles de sombra de la familia de las leguminosas fijan nitrógeno atmosférico al suelo. A pesar de estas ventajas, los árboles de sombra suelen complicar las labores ya que requieren podarse y entresacarse periódicamente para evitar la sombra densa y excesiva, aumentando los costos de producción.
Pareciera que en la actualidad tenemos un menosprecio por las fincas cafetaleras, y claro, es más rentable para sus productores vender sus hectáreas que los quintales de café.  El ejemplo más claro son los fraccionamientos Las Ánimas y Monte Magno en Xalapa o San José y Texín en Coatepec.  El desarrollo inmobiliario ha encontrado una oferta de adquisiciones en este modo de vida.
A decir de los expertos, el café se está reposicionando, el orgánico, el que cultiva bajo sombra.  No sólo trae precio y prestigio a la entidad, sino que también nos ayuda a recuperar parte del aún latiente bosque mesófilo.
@YamiriRodríguez

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