Por Yamiri Rodríguez Madrid
Tlacotalpan es conocida internacionalmente. Es patrimonio de la humanidad por su belleza arquitectónica y cultural pero, al referirnos a cuestiones ambientales, es de vergüenza lo que está sucediendo en sus lagunas.
Hace apenas unos días, su presidente municipal, Homero Gamboa Martínez, dio a conocer que la Comisión de Aguas del Estado de Veracruz (CAEV), está vertiendo los desechos de la población a unos cuantos metros de las lagunas de El Amate y la Virgen, lo que terminará por contaminarlas de heces fecales.
Tal pareciera que ante la inoperatividad de las plantas de tratamiento establecidas en el municipio, lo más fácil y barato es tirar las aguas residuales, sin importar si cerca de estos cuerpos de agua se han sembrado 70 mil lubinas y mojarras que seguramente terminarán servidas en algún restaurante o vivienda.
Y es que la planta de tratamiento que se estaba construyendo en la Laguna del Jobo, pegada a una mayor, que es la de Los Amates, venía con fallas desde el proyecto, al carecer de una laguna auxiliar para que esas aguas negras cayeran ahí.
Ya hay una denuncia interpuesta ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), por parte del ayuntamiento, aunque de todos es conocida la lentitud de estos procedimientos.
¿Y la CAEV? Calladita y sin moverse pues, tal parece, Tlacotalpan no es la excepción de su mal trabajo.
@YamiriRodríguez
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