Yamiri Rodríguez Madrid
Vecinos del
Fraccionamiento Las Ánimas llevan semanas en una lucha silenciosa contra el
cambio de uso de suelo en ese punto de la capital del estado. A través de
lonas, se oponen contra la instalación de escuelas y más comercios, pues han
cambiado ya el objetivo inicial de esta que se supone era una zona residencial.
Desde que se
concibió el fraccionamiento ha tenido una alta plusvalía por la belleza natural
de la que goza, pero de 20 años para acá el silencio se rompió y hoy todo el
día y toda la noche hay tránsito y movimiento por la cantidad de plazas y
negocios que ahí se concentran.
Hace 20 años
también, hubo incluso un grupo de vecinos que se oponía a que los camiones
urbanos transitaran por ahí, lo que complicaba el desplazamiento de muchas
mujeres y hombres que hacen servicio doméstico. Hoy deben estar mucho más molestos, pues
los camiones son el menor de sus problemas. Hay restaurantes, bares, plazas,
farmacias, y eso trae consigo un trágico incesante, contaminación, ruido, mayor
afectación a sus calles y hasta mayor delincuencia.
Por eso varios
de ellos han colocado una serie de lonas en diversos puntos del fraccionamiento
en contra de que Las Ánimas se expanda como zona comercial, aunque son los
propios vecinos los que lo fomentan: compran casas que se vuelven consultorios,
tiendas de abarrotes, locales de oficina; viviendas de día, restaurantes de
noche. Ya ni siquiera tienen que ir
hasta la Central de Abastos, pues en el propio fraccionamiento encuentran
pollerías, misceláneas, taquerías, antojitos, lavados de coches, juguerías,
etc., más allá de las 10 plazas comerciales -de todos los tamaños-, que hay en
el fraccionamiento.
Las Ánimas es
hoy por hoy otro polo comercial que acabó con la paz y la tranquilidad de los
que años atrás eligieron el fraccionamiento como su hogar. A ver en qué para en los próximos cuatro
años.
@YamiriRodriguez
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