Yamiri Rodríguez Madrid
En medio de una
crisis de legitimidad, el rector de la Universidad Veracruzana (UV), Martín
Aguilar Sánchez, sigue cometiendo pifia tras pifia. En política hay una máxima
que dice que, si no te etiquetas, te etiquetan, y a él le han colgado de la de
espurio, ilegal…peor aún es que no se ayuda; por el contrario, él solo se
hunde.
Este miércoles,
al acudir a la guardia de honor que año con año se monta frente al monumento a
Miguel Hidalgo, en el Parque de Los Berros, el rector llegó con un séquito,
varios de ellos guaruras que intentaron impedir la labor de los
reporteros. El sociólogo entonces trató
de salir al paso diciendo que no eran guardias de seguridad, sino
choferes.
Sus ligas con
el senador morenista Manuel Huerta, viejo conocido de sus épocas como
estudiantes, tampoco le ayudan. Hoy
los cercanos del incómodo Huerta afirman que ,entre las fichas, posiciones, que
traen en su grupo está precisamente la del rector. Mal hace en dejar correr esas versiones,
contaminando la vida interna de la universidad con presiones partidistas.
Sabedor de su
crisis de legitimidad, utiliza la radio universitaria para intentar lavarse la
cara, con capsulas en las que explica que no es ilegítimo, por el golpeteo
constante que trae no solo de sus antecesores, sino de una parte de la
comunidad universitaria.
Es cierto que
ya con su maniobra, Martín Aguilar habrá de permanecer por otros cuatro años al
frente de la máxima casa de estudios en la entidad, pero serán tan largos y tan
costosos en su imagen, que la ve a salir más caro el caldo que las albóndigas. Este viernes, los inconformes, con su
reelección a modo, darán otra conferencia de prensa y saldrán a volantear para
enterar a más personas de lo que pasa en la UV.
De seguir así
el rector, sin brújula y con atropellos, será un desastroso periodo para la
Universidad Veracruzana (UV).
@Yamirirodriguez
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