Yamiri Rodríguez Madrid
El próximo 13 de
septiembre se espera la renuncia de Namiko Matzumoto Benítez a la Comisión
Estatal de Derechos Humanos (CEDH), cargo que ha ocupado desde el gobierno del
priista Javier Duarte, pasando por el expanista Miguel Ángel Yunes Linares;
ratificada por el morenista Cuitláhuac García Jiménez y hoy, una década después
todo parece indicar que llegará a la Comisión Estatal de Atención Integral a
Víctimas.
Apenas el
pasado 9 de septiembre fue entrevistada por las y los diputados integrantes de
la Comisión Permanente de Derechos Humanos y Atención a Grupos Vulnerables,
junto con Raquel Rivera Sánchez y Luis Ángel Rodríguez Lino, lo que abre la
puerta a quienes ocuparán la titularidad de la CEDH.
Ya hay varios
nombres en puerta que quieren sucederla en el cargo; algunos perfiles con
preparación, otros porque se anotan como si fuera manda y unos más que, sin
perfil, pero con militancia, creen que con eso último basta para ocupar dicha
cartera tan importante.
Sea quien sea
el o la que llegue a la titularidad de la Comisión Estatal de los Derechos
Humanos, debe tener muy claro la crisis en la materia en la que está sumergido
Veracruz desde hace más de una década con feminicidios, desapariciones, más los
atropellos que cometen algunos elementos de corporaciones, como Seguridad Pública,
Fiscalía y Policías Municipales, y que no han podido ser erradicados.
Se necesita mucha sensibilidad en dicho cargo,
para que su próxima titular no sea forzada a marchar con pensionados, como pasó
en 2016 y tenga que ir gritando con el contingente: “mis chanclas, mis chanclas”;
se necesita proactividad y no pasar los años agazapados, en lo gris y ya en el
último tramo, intentar justificar la chamba.
Se necesita todo eso y capacidad y perfil,
de lo contrario, seguiremos caminando en círculos en materia de Derechos Humanos.
@YamiriRodriguez
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