jueves, 14 de agosto de 2014

¿Ignorancia u homofobia?

Por Yamiri Rodríguez Madrid.
 
En pleno siglo XXI, cuando en teoría la sociedad ha avanzado, son increíbles algunos ejemplos de intolerancia que aún se presentan, incluso en nuestro propio estado.
Un ejemplo de lo anterior, son las recientes declaraciones del Presidente de la Red Ministerial Evangélica en Veracruz, Guillermo Trujillo Álvarez, quien entre otros disparates señaló que parte de la homosexualidad se da en hogares que son encabezados por mujeres.
Según sus teorías bizarras, el hecho de que de pequeños sean criados por sus madres o abuelas, les provoca la “desviación”, aunque claro, no lo mismo sucede en un hogar donde la única figura es la paterna.
Peor aún es que el supuesto líder religioso afirma que la homosexualidad, al igual que el alcoholismo, es curable, claro está, a través de su religión. En cada Iglesia Evangélica –cita categórico-, hay por lo menos 25 casos de hombres que se han curado.
Lo cierto, es que más allá de darle vuelo a comentarios desafortunados, los impedimentos que ponen las iglesias en Veracruz para el respeto de los derechos de tercera generación son, como se dice coloquialmente, patadas de ahogado.
Si bien, se prevé difícil que avance la Ley de Sociedades de Convivencia en el estado por el conservadurismo que aún prevalece en la sociedad veracruzana, es necesario discutir el respeto que debe darse a este grupo poblacional, como a cualquier otro.
Hace apenas unos días, grupos lésbico-gay denunciaban discriminación por parte de dependencias gubernamentales, caso específico de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), la cual ha hecho caso omiso de sus quejas por malos tratos en restaurantes.
Y es que en muchos lugares públicos se les restringe el acceso por sus preferencias sexuales, aunque claro esta su dinero vale como el de cualquiera.
El problema de discriminación, desafortunadamente, no es exclusivo del Estado de Veracruz, pues según datos del Laboratorio de Estadística y Matemáticas Aplicada, en promedio, en el país, 3 por ciento de la población aún le impide a sus hijos tener amigos gays o lesbianas; 4 por ciento cree que la homosexualidad  es contagios; 8.9 considera deben ser corridos de sus trabajos por sus preferencias o que el 9 por ciento opina que deben tener prohibida la profesión de docentes.
Somos el segundo país, de acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), con mayor incidencia anual por crímenes de odio, con 887 crímenes en las últimas dos décadas.
45 de estos asesinaros se han dado en el estado de Veracruz.  168 casos en el Distrito Federal, 92 en el Estado de México.
Por todo lo anterior sería conveniente que la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), en una tarea titánica intentara hacer conciencia en el respeto de los derechos de tercera generación en los funcionarios públicos, pero sobre todo, en todos aquellas personas que tienen libre acceso para llegar a las masas sin reflexionar un segundo antes lo que están diciendo, como es el caso de este “líder” evangélico.
@YamiriRodríguez

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