Por Yamiri Rodríguez Madrid
En 2014, la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), registró un total de 181 incendios forestales en territorio veracruzano. La mayoría de estos se dieron en la región de Orizaba y Sierra de Zongolica.
Si bien la afectación boscosa fue de sólo 10 hectáreas, estos incidentes pudieron prevenirse pues, la mayoría de estos se suscitó por las prácticas agropecuarias que involucran el uso del fuego para preparar la tierra.
Si bien, las autoridades de los tres niveles, a través de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), de la Sedema y los ayuntamientos han platicado con los ejidatarios a fin de que cuando realicen la práctica de roza, tumba y quema les den aviso para evitar que estos se salgan de control, aún no hacen caso.
Y en la soledad de su parcela, inician esta añeja práctica, llevándose de por medios matorrales y pastizales, y en el peor de los casos, también al bosque. Si bien la ley prevé una sanción por ello, nadie en las comunidades se atreve a interponer la denuncia, por miedo a que el hecho termine en machetazos.
A eso súmele que la mayoría de sus familias llevan a sus borregos y vacas a pastorear en los bosques y, para que el follaje vuelva a crecer rápido, hay que quemar para estimularlo, importándoles poco si se llevan árboles de por medio.
De ahí la importancia de trabajar de manera conjunta en crear conciencia en reducir el número de incendios, pues además del costo, muchos de los daños pueden ser irreversibles. Aún con 181 incendios, Veracruz logró reducirlos, pues la lista la siguen liderando Durango y Michoacán.
Ya veremos cómo nos va este año.
@YamiriRodríguez
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