Por: Yamiri Rodríguez Madrid
En febrero del 2012, el entonces presidente municipal de Las Vigas, Mauricio
Herrera, fue detenido en un retén militar en el estado de Puebla por portar
armas y drogas en la unidad en la que viajaba.
Al panista, no se le inició
juicio de procedencia pues, por tratarse de un delito en flagrancia, fue
separado de manera inmediata del cargo, nombrando al suplente.
En abril de ese mismo año, pero en la zona sur, el entonces alcalde de
Chinameca, el panista Martín Padua Zúñiga, fue detenido en Minatitlán en una
casa de seguridad.
Dos años después prácticamente, Omar Cruz, alcalde de Medellín, emanado
también de las filas de Acción Nacional está en el ojo del huracán al haber sido
señalado por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), como el
presunto autor intelectual del asesinato del bloguero Moisés Sánchez Cerezo.
Pero estos lamentables hechos no se limitan únicamente al partido azul: el
año pasado la ex alcaldesa priista de Alvarado, Sara Luz Herrera Cano fue
señalada como presunta autora intelectual del asesinato de su secretario
particular, por lo que permanece detenida.
En Guerrero, está el ex presidente
municipal perredista, José Luis Abarca, señalado como presunto responsable del
asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa, quienes fueron quemados en el
basurero de Cocula.
Hoy, que estamos ya inmersos en el proceso electoral, ojalá y cada uno de los
partidos realice un análisis a conciencia de los perfiles que postula, tanto en
antecedentes penales como en perfiles psicológicos, para evitar que historias
como estas se repitan.
@YamiriRodriguez
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