Yamiri Rodríguez Madrid
Tremenda puntada se aventó este fin de
semana el aún diputado local morenista Rubén Ríos Uribe al escribir en una de
sus dos cuentas de Facebook: “hay que invadir España y llevarles la república.
No puede ser que sigan teniendo un rey en pleno siglo XXI”. Como era de esperarse, desató una serie de
comentarios, la mayoría adversos para él, pues era considerado de los más
aventajados, por decirlo de alguna manera, de la bancada del Movimiento de
Regeneración Nacional.
Molesto por las críticas, el ex aspirante
a la presidencia municipal de Córdoba soltó una segunda ideota: “La prensa
conservadora no le gusta el sarcasmo pero si les incomoda, derrocar las monarquías,
del siglo XXI, hagamos monarca a AMLO”,
escribió el abogado así sin acentos, con comas mal puestas o ausentes.
Es penoso constatar cuán bajo ha caído el
nivel de debate en esta tierra que fuera la cuna de grandes ideólogos como Don
Jesús Reyes Heroles. Con temas de urgente necesidad por discutir y atender, en
este país los representantes populares actúan cual rebaño ante lo que desde una
conferencia mañanera se dicta, y no es que esto no sucediera en la hegemonía
priista; lo malo es que son lo que prometieron combatir y, lo que es peor, se
tornaron en la peor de las réplicas, como autómatas, sin razonar lo que expresan
o dicen, sin importar que va de por medio su “carrera” política.
España está a más de 9 mil kilómetros de
distancia. Ocupa el puesto decimotercero en la lista de las economías mundiales
que elabora el Fondo Monetario Internacional (FMI), al contar con un PIB
cercano a 1,1 billones de euros. La Organización Mundial del Comercio (OMC)
sitúa a la nación ibérica en la decimoctava posición en la clasificación
mundial de exportadores, al mismo nivel que países como Emiratos Árabes Unidos
y la India. Otro de los indicadores económicos que sitúan a España en el
mundo globalizado es el de competitividad, elaborado por el Foro Económico
Mundial, que le ubica en el puesto 34 de una lista de 137 economías,
clasificadas por el nivel de exportaciones en relación con la calidad de vida
de la población. En fin, que en el hipotético caso de que lo expresado por el
diputado sea intención de su partido, es como ponerse con Sansón a las patadas.
No pasemos por alto que cuando cursó la
materia de Derecho Internacional debió aprender el principio de no intervención
plasmado en la Doctrina Estrada, a menos claro, que se haya volado esa clase.
Señor diputado: el sarcasmo es un arte que
se debe dominar, de lo contrario se corre el riesgo de quedar en ridículo.
Suerte para la próxima.
@YamiriRodriguez
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